jueves, 25 de octubre de 2012

COLUMNA


Transportistas de Chilpancingo 

Apolinar Castrejón Marino

 En la Ciudad de Chilpancingo, estado de Guerrero han aparecido algunos enigmáticos carteles con la siguiente súplica: «Sr. Presidente, no nos quite nuestra fuente de trabajo». La gente desde luego no les da ninguna importancia, porque los «trabajadores» del transporte público siempre han colocado las leyendas más inverosímiles en los «medallones» de sus vehículos.
Pero quizá sea buena la ocasión para comentarles del por qué los «chafiretes» «lloran como mujercitas, lo que no supieron defender como hombres».

Aresulta que el gobierno del estado, coludido con el gobierno municipal, han empezado –ahora si– a dar los primeros pasos para la construcción del sistema de transporte en tren ligero de un polo al otro de la ciudad, a lo cual llaman «Chilpan bus». Y según los cálculos de los permisionarios locales, esto acabará con su monopolio sobre el transporte.
Desde la entrada del gobierno de Ángel Aguirre Rivero, quien ganó amparado por las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), los concesionarios del transporte público, se mostraron contrariados por que durante su campaña, Aguirre se había comprometido a resolver el problema del transporte con la introducción del «chilpanbus».
«La prioridad es el agua, no el chilpanbus» esta es la leyenda que durante medio año ostentaron los cristales traseros de las «combis» de Chilpancingo. Pero luego fueron cambiadas por otra leyenda que decía «No más de 47 concesiones», esto con motivo de   que cada año, el gobierno incrementa el número de «permisos» que concede a los líderes transportistas.
A últimas fechas las leyendas de las combis decían «Sí al Estado laico» (¿?) ¿Qué diablos era esto? Preguntamos a los «choferes», y nadie nos supo decir. De igual manera, en fechas recientes, vimos a los choferes, muy devotos, pasando a «recibir la bendición» a espaldas de la Iglesia de «La Asunción» que es la Santa Patrona de la Ciudad.
Es necesario precisar que los transportistas, de ninguna manera son pobres. Otra cosa digna de mención es que los permisionarios no trabajan, sino que «dan a administrar sus «permisos» o «unidades» a otros más necesitados que ellos.
Y aunque los «opinadores» aseguran que por falta de trabajo, muchos profesionistas, como médicos e ingenieros se emplean como «choferes», usted también sabe que en la realidad los manejadores de las «combis» son unos «macuarros» que no quieren trabajar en algo más digno, y se contentan con sentirse ricos y poderosos a bordo de una unidad automotriz que ni siquiera es de ellos.
Si aparte de andar «chuleando» a las mujercitas que se cruzan por su camino o que se suben a su unidad, «jugar carreritas» por las principales calles de la ciudad, se ganan un promedio de 500 pesos diarios, pues negocio redondo.
Pero como no hay mal que dure cien años, y como el trabajo de «chafirete» es de alto riesgo, pues más temprano que tarde, tiene algún accidente, los roban y hasta los asesinan, ni la bendición de la Virgen de la Asunción los salva. Y todo sigue igual, el que no tiene nunca tendrá, y el dueño siempre sigue ganando.

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