martes, 22 de abril de 2014

COLUMNA

El Alacrán

 ¡VIVA LA VAGINA AUNQUE EL MUNDO SE ACABE! 
Esos mis cochos, como les fue en la Semana Santa, a toda madre, que viva la pepa (vagina) la cerveza, y la hueva, al fin y al cabo este mundo se va acabar. Que chinguen a su madre los ¡MAYAS! no les creo. No les
creo que ya llegó a su fin la vida humana, el calorcito está a toda madre, y con unas ocho serpentinas, entre la columna vertebral y el ombligo, mas el calorcito, pero que sea el calorcito de las nalgas de una mujer, ¡NO SE ENOJEN SEXO FEMENINO! como dice mi cuaderno el misógino, las viejas se hicieron para coger. ¿Será cierto?  Lo que voy a narrarles es un testimonio, de una estudiante vecina que vino a esta Capital con el fin de hacer su carrera, sola en su departamento, dedicada a estudiar, callada, y con un cuerpo de ¡ANGEL! unos senos, que el coseno se quedaba pendejo, una cinturita de bailarina, unas bellas y torneadas piernas y unos chamorros excitantes, ¡UN ANGEL DEL CIELO! No me pregunte que si la espiaba, ¡Clarines de guacho gacho! Es una belleza, cuando estaba lavando su ropa, iba al baño como 5 veces al día para admirar ese cuerpo Santo, y yo la admiraba como Santo Tomás, hasta ¡NO! ver no creer, pero a toda capillita le llega su Santo, encontró macho para ese hermosos cuerpo, que solamente le duro escasos 6 meses de dio duro a la ¡VAGINA! El macho después de comerse ese bello y deleitarse tomando entre sus manos los pelos vaginales, senos, besar su espalda y acariciar ese Monte de Venus la abandonó, la abandonó. Que desilusión la mía ¡SE ENTREGO A OTRO! Y como todo macho, babas ni madres.   En la actualidad la veo lavando su ropa, ¡QUE TRISTEZA!  Ese fenómeno de cuerpo maravilloso cambió, esas nalgas aterciopeladas suaves, como  seda ahora son grotescas, enormes y deformes colgando la grasa de ellas, su cintura unas enormes llantas en donde almacena el sebo, o manteca como quiera usted llamarlo, los deliciosos senos, quedaron como “bules” colgando, de su huango y enorme brazier y sus admirables piernas y chamorros ahora parecidos a los de una Hipopótamo. Tendrá razón mi cuaderno el Misógino de que las Mujeres ¡SOLO SIRVE PARA COGER!¿Usted qué opina?.
 Los Quiere Cecilio.

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