miércoles, 16 de abril de 2014

PRIMERA PLANA

 Una noche  de autodefensa en
La Capital…vecinos vigilantes 


Jonathan Cuevas.--Tres ancianos, ocho jóvenes y seis mujeres caminaron por las calles, varias empedradas y resbalosas, algunas otras sin pavimento. A paso lento en las vísperas de un eclipse lunar y bajo las sombras de la oscuridad, entre ladridos de los perros y el asombro de automovilistas. Todos con un palo, tubo o filosos machetes. Así lució el grupo de “vecinos vigilantes” de la colonia Viguri.

Sobre uno de los accesos a la colonia estaba una patrulla (camioneta) y varias moto patrullas de la Policía Estatal. En su mayoría, los elementos estaban encapuchados para proteger su identidad, a diferencia de los vecinos que, sin armas, recorrieron las oscuras calles… mostrando su rostro. Valientes. Porque necesitan de esa cualidad para hacer la tarea que el gobierno dejó de hacer desde hace mucho tiempo.  
La presencia policial se vio apenas durante una hora. Los vecinos vigilantes cruzaron con firmeza frente a ellos. Jamás se intimidaron ni mostraron arrogancia pero, solo cruzaron sin dar el saludo. 
El recorrido… 
A las 20:30 horas, 17 personas entre ancianos, hombres jóvenes y mujeres se reunieron en “el mirador”. Punto donde generalmente acuden automovilistas a ingerir bebidas embriagantes. En algunos casos las personas van más allá. 
Ahí hay una cruz en memoria de un joven asesinado hace algunos años. Como otras tiene flores alrededor y una veladora prendida. Los vecinos vigilantes observan la cruz cada vez que pasan por el lugar y suspiran, como si tuvieran enfrente una fuerte motivación para auto defenderse. 
Cada quien ya venía “armado”. Solo armas blancas principalmente machetes, así como tubos y palos. No lucen imponentes pero sí llaman la atención de quienes cruzan caminando o en vehículo la colonia. 
No muestran la característica rudeza de un policía comunitario o de los policías de gobierno. Incluso se dan la oportunidad de sonreír y dialogar con periodistas previo a su recorrido. La amabilidad jamás la dejan de lado pero con la seriedad que requiere tal actividad. 
Luego de varios minutos de diálogo iniciaron su camino. Los pasos eran cortos… lentos. Trataban de observar todo sobre la luz de las lámparas y oscuridad de la noche. 
Recorrieron 10 andadores entre las subidas y bajadas de las calles. Pisando firme sobre la resbalosas piedras o sobre la tierra. También sobre pavimento, pero pisando firme. 
No detuvieron automóviles para revisarlos. No buscan capos del narco. Solo tratan de identificar a los asaltantes y detenerlos. Esperan encontrarse a algún delincuente, pero por hoy no tuvieron suerte. 
A su paso por las calles varios vecinos los saludan y muestran su apoyo. Solo desde sus hogares porque a pesar de que se les invitó a sumarse en los recorridos, no lo hicieron. 
Algunos sacan sus lámparas y desde sus casas les alumbran el camino. Los vecinos vigilantes, apreciados por muchos de acuerdo a lo que se observó, caminaron por todas las calles, entraron a la barranca que cruza por la colonia y a los límites con las colonias Tribuna Nacional, La Cima y Loma Bonita, entre otras colindantes. 
La luna lucía grande, completamente redonda y era chuleada por varios reporteros y vecinos. Servía como una atracción o distracción para quienes hacían labores de vigilancia. 
Al cruzar por la calle principal se encontraron con un retén de la Policía Estatal, corporación que hoy está a cargo de la seguridad en Chilpancingo y que, no ha podido atender siquiera los problemas de robos y asaltos en las colonias. 
La noche de este lunes los elementos oficiales lucían imponentes y parecían tomar enserio su trabajo, como pocas veces se pudo ver antes en dicha colonia. Revisaban vehículos y motocicletas. Hasta a los taxistas y sus pasajeros les tocó revisión. 
Luego de una hora de instalar el retén, los oficiales subieron a sus motocicletas y algunos se montaron en una camioneta propiedad de la misma corporación. Sin haber un solo detenido se marcharon dejando una vez más a los vecinos sin vigilancia. 
Pero los vecinos continuaron su labor organizados encontrando botellas de cerveza en las calles que ya antes habían recorrido, como si alguien se quisiera burlar de ellos. 
Esto no los decepcionó sino por el contrario, los motivó a continuar sus acciones y buscar nuevos métodos de vigilancia, tratando en todo momento de conseguir que más gente se sume a etas acciones.     
Dentro del movimiento destaca la presencia de tres ancianos que, con el peso de los años siguen esperando el momento de poder vivir en paz y con tranquilidad; “como era antes en mis tiempos”, dijo uno de ellos que portaba un machete como arma de defensa.
Sus canas se escondían bajo un sombrero de palma. Sus pies eran protegidos por unos viejos huaraches pero parecían cortados. Las rompas eran humildes. Lo que destacaba de aquel anciano eran sus ojos que mostraban tristeza por la inseguridad que hoy aqueja a toda la ciudadanía. También sus arrugas que junto al machete hacían ver a este anciano más fuerte que cualquier otro joven.   
Antecedentes… 
Alejandro López, presidente de la colonia Margarita Viguri informó que el movimiento de autoprotección  se dio derivado de la delincuencia “armada” que mucho había rondado por esa colonia y sus alrededores. 
En una entrevista, aclaró que parte de este movimiento se debe a la negativa del alcalde “Mario Moreno Arcos, de brindarles seguridad permanente. “El alcalde no ha dado respuesta y se limita a decir que no tiene policías”.
El líder de los colonos explicó además que tan solo en este año se han registrado 8 robos a transeúntes. Dos de los casos fueron considerados como “graves”. 
“En una ocasión golpearon brutalmente a un hombre e intentaron violar a su novia. Este caso detonó el movimiento y levantamiento en armas”, resaltó.
Detalló que el movimiento inició el 05 de abril con la participación de 30 colonos que recorren 10 andadores de las 8:00 a las 10:00 de la noche. 
Recordó que hace unos meses se registró un enfrentamiento tras un cateo en una de las casas de la misma colonia. 
“Los delincuentes recibieron a balazos a los policías estatales por lo que se solicitó el apoyo del Ejército Mexicano pero cuando llegaron los delincuentes ya habían huido”, recordó Alejandro López. (API).  

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