viernes, 27 de febrero de 2015

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Los pecados de Ángel Heladio
 Aguirre y la Operación Asfixia


Agustín Velasco.--Encarcelaron a su hermano, Carlos Mateo Aguirre Rivero y a sus amigos, los Hughes. El PRD en el estado se ha sometido a una cirugía política para extirpar a su corriente, Izquierda Progresista de Guerrero (IPG). El candidato de Ángel Heladio Aguirre Rivero a la gubernatura,  Socorro Sofío Ramírez Hernández, fue desplazado por Beatriz Mojica Morga (de Nueva Mayoría) y a su hijo, Ángel Aguirre Herrera, el panorama no le pinta bien en el Sol Azteca.
¿Qué está pagando Ángel Heladio Aguirre Rivero? En entrevista con La Silla Rota, dos ex funcionarios estatales, así como un perredista de la corriente Grupo Guerrero coinciden en que sus “pecados” fueron desafiar al presidente, echándole a perder el sexenio, y quererse adueñar del PRD en el estado.

Malos augurios
“A ti ya te chingaron”, le dijo uno de sus colaboradores más cercanos al gobernador con licencia de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero, unas horas después del arresto de su hermano Carlos Mateo, por presuntamente desviar más de 287 millones de pesos de Banobras, CFE y Tesorería de la Federación, así como de oficinas estatales.
Carlos Mateo no sólo es el hermano de Ángel Heladio, ha sido su amigo, compañero y consejero desde la época de estudiantes en el DF, cuando el primero cursaba Ingeniería Mecánica en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el segundo  Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Carlos  Mateo es propietario de al menos dos ranchos, Las Tortolitas y San Carlos en Ometepec, así como de un hotel y un edificio (que renta a la secretaría de Salud local) en Chilpancingo.
En el primer periodo de Ángel Heladio  Aguirre  Rivero como gobernador (sustituto  de 1996 a 1999), Carlos Mateo fue subsecretario de Ganadería –puesto en el que se hizo de los ranchos que ahora tiene–,  subsecretario de Planeación de los Servicios Estatales de Salud y luego pasó a encargarse de la obra pública del estado.
Al arrancar su gobierno en 2011, Aguirre  Rivero nombró a su hermano coordinador general del Ejecutivo, por lo que se ganó que le llamaran “vicegobernador”.
Pero la prolífica carrera del hermano de Ángel Heladio terminó el 11 de febrero después del mediodía, cuando según versiones extraoficiales lo detuvieron en el hotel de su propiedad, Hacienda San Carlos, en Chilpancingo, frente a la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Guerrero. Siempre lo tuvieron cerca.
“Más claro ni el agua”, el diagnóstico de los colaboradores cercanos al ex mandatario fue que se trataba de una operación para quitarle el oxígeno, para obligarlo a sacar las manos de la elección en el estado y para echarlo definitivamente de Guerrero (aunque Aguirre Rivero sigue moviendo los hilos a distancia, desde una oficina del Distrito Federal).
Lo anterior lo cuenta “A”, un ex funcionario que amenaza con desdecirse si su nombre es revelado. Su cercanía con Aguirre Rivero se ha forjado a lo largo de tres décadas, por eso sabe leer bien el ánimo con el que ha pasado estos días el ex priísta y ex perredista.
“A” dice que Aguirre  Rivero está tranquilo, que está al pendiente de Carlos Mateo a través de su abogado, pero que eso no lo exime de soltar un “¡hijos de puta!” de vez en cuando.
“Sí hubo corrupción”, se sincera el ex funcionario, y enseguida afirma que el diezmo que cada empresa paga a los gobiernos federal o estatal cuando gana una obra, es un código que existe en todas las administraciones.
Por eso jura que la detención de Carlos Mateo, así como de sus amigos de toda la vida de Ángel Heladio, los Hughes, obedece más a una venganza política.
La trama detrás de la caída
Tres cosas llevaron al declive de Aguirre Rivero, según testimonios: haber desobedecido la orden del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de “ponerle cola” al matrimonio Abarca  Pineda días después de la tragedia del 26 de septiembre contra los normalistas;  desafiar al presidente Enrique Peña Nieto y echarle a perder su sexenio cuando estaba en la cima de las simpatías internacionales.
 “Ahora hay puras condenas de organismos internacionales, de la ONU, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Cuando va al extranjero le tunden con el tema de Ayotzinapa y la corrupción, por eso está enojado con Ángel”, dice “A”.
Hace unos días, asegura el ex funcionario, Aguirre Rivero pudo haber enterrado cualquier posibilidad de negociación con el gobierno federal al rematar su carta de renuncia al PRD con la frase “justicia pareja…”.
El mensaje fue para Peña Nieto, afirma, por los escándalos de conflicto de interés que no han dejado de salir a la luz como la Casa Blanca de las Lomas de Chapultepec, la casa del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray; y las propiedades en Nueva York del ex gobernador de Oaxaca, José Murat.
Le apresaron al hermano para que saque las manos de Guerrero, asegura “A”, porque reconocen, que pese a su licencia, Aguirre continúa como hombre poderoso en el estado.
“A” confía otras apreciaciones:
 Cuenta que Aguirre Rivero no es alcohólico, pero sí le gusta tomar con frecuencia. Dice que en los últimos meses de su gobierno descuidó la administración y la dejó a sus cercanos como Ernesto Aguirre Gutiérrez  y a Carlos Mateo Aguirre, desilusionado por lo complicado que se había vuelto gobernar Guerrero.
También asegura que Ángel Heladio nunca tuvo una relación sentimental con María de los Ángeles Pineda Villa, esposa del alcalde de Iguala  de la Independencia, José Luis Abarca Velázquez y principal responsable de la desaparición de 43 estudiantes.
¿Sabía Ángel Aguirre de los negocios de su hermano? “A” responde que sí.
“Pero si le buscan a él no le van a encontrar nada”, advierte y explica que el gobernador con licencia nunca recibió dinero, ni compró propiedades y sólo ayudaba a su hermano, con su fama y su poder, a conseguir contratos de obras públicas.
“‘…A mí no me hables de dinero porque no soy empresario, a mi háblame de política” le decía Aguirre  Rivero a cualquier personaje que intentara tratar con él asuntos de dinero”, recuerda.
En diciembre de 2014, durante la ceremonia de entrega de la medalla Belisario Domínguez al poeta novelista, periodista y actor, Eraclio Zepeda Ramos, en el Senado de la República, el presidente Enrique Peña Nieto se acercó a Socoro Sofío Ramírez  Hernández para preguntarle: “¿Cómo está Ángel?” a lo que el legislador respondió “¡Tranquilo!”.
En el primer círculo de Aguirre Rivero  la lectura para ese pequeño encuentro fue que desde Los Pinos había disposición de diálogo y que incluso los delitos por los que se acusa a su hermano podrían reclasificarse para que no pasara tanto tiempo en la cárcel.
Con los Hughes, reconocen, no hay mucho qué hacer.
Finalmente, sobre las acusaciones contra Víctor Hugues Alcocer, ex sub secretario de Finanzas de Aguirre Rivero, quien según una nota publicada por el diario Reforma el sábado 14 de febrero, repartía dinero en efectivo por órdenes del gobernador a líderes políticos, líderes sociales y a periodistas, la respuesta es: “Hay algo de cierto”.
“B”, es otro ex funcionario, trabajó en la administración del priísta René Juárez Cisneros, pero se jacta de conocer bien al gobernador con licencia, Ángel Heladio Aguirre Rivero, al que bautizó como “el ave de las adversidades”… “si lo piensas un poco, tiene sentido”, dice.
 “La primera vez que quiso ser alcalde de Acapulco, José Francisco Ruiz Massieu –que era gobernador– lo bajó con una frase: “Acapulco para los acapulqueños”, porque él es de Ometepec.
Al asumir como gobernador interino lo hizo en una situación bastante complicada por la matanza de Aguas Blancas; y cuando por fin llega como gobernador constitucional, lo hace con la inseguridad desbordada y los desastres naturales que le complican las cosas… y para colmo le detienen al hermano”, enumera.
“B” coincide en que lo del hermano es una venganza política orquestada desde Los Pinos y tiene que ver con una de las tres características, que según “B”, definen al gobernador con licencia: es desafiante (las otras dos son: mentiroso y bebedor).
Un frente más desde donde comenzaron a golpear a Aguirre Rivero  fue desde la presidencia nacional del PRD, por “quererse adueñar del partido en Guerrero”.
Y es que en pocos años, su corriente Izquierda Progresista de Guerrero (IPG), se fue expandiendo por todo el estado al grado de que en septiembre de 2014, cuando el PRD eligió consejeros estatales, su grupo logró 21 de esos consejeros, indispensables para las elecciones de 2015.
Nueva Izquierda, de los Chuchos, obtuvo 22 y Grupo Guerrero, 21. Es decir, un “no perredista” se colocó entre las tres principales fuerzas del partido en el estado, en una elección en la que su grupo participó por primera vez.
El 25 de enero pasado, IPG enseñó el músculo en un evento en el que se reportó la asistencia de más de 10 mil personas. Ahí, Ángel Aguirre Herrera, Angelito,  como le llaman, llamó a cerrar  filas para acceder a la mayor cantidad de candidaturas por el PRD, a los diferentes cargos de elección popular que estarán en disputa en la próxima elección y donde se incluye el gobierno del estado, 81 alcaldías y 28 diputaciones locales.
Sin embargo, ese fue el último acto público para Angelito y para IPG.
Desde esa fecha el hijo del gobernador con licencia prácticamente desapareció del escenario político. Su candidatura para la alcaldía de Acapulco se vino abajo y la figura de Evodio Velázquez Aguirre, de Nueva Mayoría tomó más relevancia apoyado también en la designación de Beatriz Mojica, de la misma corriente, como candidata a la gubernatura.
“B” sabe que la decisión la tomó Ángel Heladio  Aguirre Rivero desde el DF al contemplar que si su hijo gana la alcaldía del puerto prácticamente estaría sólo, pues Izquierda Progresista de Guerrero ha sido bloqueada por las demás tribus; también se valora por estos días la salida de Angelito de las filas del PRD, y ahora sólo tendrá que culminar su periodo como legislador en septiembre de este año.
“C”, un perredista de Grupo Guerrero, comenta que los consejeros de IPG “no fueron convocados” a la reunión de Consejo Estatal donde Beatriz Mojica Morga fue ungida como la candidata a gobernadora por el PRD.
“C” dice que de los 315 consejeros, no acudió ni la mitad… “Mira, ahí van unos” y señala a una camioneta que deambula por el hotel. “Pero no se bajan, nada más andan rondando por aquí”.
– ¿Es cierto que Aguirre se quiso adueñar del PRD?, se le pregunta.
“Sí, él es de la corriente más fuerte del estado, pero lo importante es que ahorita ya tenemos candidata y todos vamos con Bety Mojica”, afirma.
¿Y Angelito, creen que también se vaya del partido?, se le cuestiona y suelta una carcajada.
“Ese ya está más muerto que nada, están fuertes, pero ya no deciden”, se burla, pero pide que esas burlas no lleven nombre en este texto, porque “ellos siguen siendo muy poderosos”.
En una entrevista telefónica posterior, «C» contó que la llamada Operación Asfixia podría también haber alcanzado a Marcelo Ebrard Casaubón. Pues en 2011 fue el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal  quien operó prácticamente toda la elección en Guerrero para que Ángel  Heladio Aguirre Rivero ganara la gubernatura. (La Silla Rota).

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