viernes, 8 de julio de 2016

ARTICULO

La reforma educativa, 
ley ya está promulgada


César González Guerrero
En las circunstancias actuales que se viven en el mundo, el sistema político mexicano y sus instituciones no están a prueba, están a prueba los funcionarios de los tres Poderes, quienes deberán demostrar sus conocimientos, experiencias, capacidades, habilidades y destrezas para defender, razonablemente y con argumentos contundentes, la vigencia del estado de Derecho mexicano. Los movimientos sociales que estamos experimentando, a nivel nacional e internacional, requieren de servidores públicos dispuestos a prepararse y actualizarse para resolver oportunamente situaciones de riesgos y crisis.

En el caso de México, el conflicto actual debe atenderse apegado a la Ley y el respeto a la misma ya que, no obstante que la Ley General de Educación en cuestión fue aprobada por el Poder Legislativo hace más de 3 años, en el mes de diciembre del 2012 para ser exactos,  es un tema que ya no  está en discusión, como parece ser, así lo desean algunos sectores sociales, principalmente de la disidencia magisterial en México; supuestamente porque se afectan los derechos los trabajadores al servicio de la educación.
No obstante que para su promulgación se cumplió con todo el protocolo del proceso legislativo, desde luego en el marco de los acuerdos y compromisos establecidos en el Pacto por México, desde el inicio del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, las voces contrarias insisten en una posición crítica que rebasa los límites de la democracia mexicana, cuyas acciones están totalmente fuera de la norma jurídica. 
Mientras tanto, las autoridades con sus actitudes están demostrando que la tolerancia y el dialogo son los instrumentos adecuados para resolver cualquier controversia.
Si se analizan los puntos fundamentales rechazados por parte de quienes están en contra de la llamada Reforma Educativa, precisamente, son los aspectos que se refieren a la evaluación docente, la permanencia laboral y la vigencia de la educación gratuita y, por la parte oficial, se pugna por una educación de calidad y la rectoría del Estado en esta materia. Inclusive se pretende fortalecer lo establecido en al artículo Tercero constitucional. 
Los intereses encontrados son muy claros y se observan, principalmente, en la región sur-sureste del país, en donde existe el mayor rezago educativo y de marginación social, en los Estados de: Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán. Coincidentemente, es donde las dirigencias magisteriales, según cifras oficiales, estaban o están defendiendo sus privilegios e intereses personales y, de acuerdo con los últimos acontecimientos, llegaron al extremo de caer en el juego de la corrupción.
Así, se han detectado dirigentes fósiles cobrando varias plazas desde hace más de 30 años, sin trabajar, otros heredando sus plazas a familiares sin el perfil y la experiencia docente, en otros casos, traficando con las plazas negociadas y, muchos más, defendiendo los  privilegios obtenidos durante tantos años de liderazgos corrompidos. En los tiempos actuales eso debe terminarse.
Como sea, la autoridad tiene los elementos suficientes como para defender el mandato constitucional por la vía del dialogo y ganar el debate, sin caer en las provocaciones violentas y reaccionarias. Es la hora de tomar decisiones inteligentes por ambas partes, ya que a nadie le conviene la confrontación. 
El país está en medio de una crisis global, que no tiene su origen aquí, sino en las naciones con mayor desarrollo. De continuar así, se corre el riesgo de una parálisis económica que afectará a todos los mexicanos. Los cambios estructurales, son mundiales, se van generando diaria y simultáneamente a los cambios tecnológicos. Los países no se pueden quedar atrás, su modernización es un asunto ineludible.
Solo por ejemplificar, recordemos cuando llegó el uso de la telefonía celular  la mayoría nos resistimos (ahora no podemos vivir sin él), con el pago salarial en cajeros electrónicos la mayoría estuvo en contra (ahora las filas son interminables en todos los aparatos), con el manejo de los correos electrónicos la mayoría se resistía (ahora ya hasta está siendo rebasado por las nuevas tecnologías). Hoy la mayoría nos seguimos resistiendo al uso de la tecnología. Eso es inevitable. Es parte de la modernidad a la que quiérase o no tenderemos que entrar.
Las reformas estructurales que están transformando el mundo son una realidad. En México estamos a tiempo de resolver este asunto por la vía de la reflexión, del dialogo razonado y la concertación política. México y la mayoría de los mexicanos así lo exigen. Ya veremos.

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