jueves, 7 de julio de 2016

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista



 QUEMAZON DEL MERCADO ROMERO RUBIO DE CHILPANCINGO (13  de enero de 1924)
Ejerció como abogado desde 1854 y es en esta profesión cuando conoce a Lerdo, quien se convertiría en su mentor político. 
Elegido diputado en 1867, presidió el Congreso durante la declaratoria de Juárez como presidente electo el 23 de septiembre de ese año. 

A la muerte de Juárez en 1872, Lerdo asumió el poder y Romero Rubio se convirtió en su asesor, y en 1875 en senador. 
Al arribo de Díaz al poder, se exilió con su familia y Lerdo en el extranjero. Volvió al país en 1880. Al año siguiente, su hija Carmen Romero Rubio se casó con Porfirio Díaz y Manuel fue nombrado Secretario de Gobernación, en 1884, cargo que ocupó durante 11 años, hasta su muerte el 3 de octubre de 1895. Estuvo casado con Agustina Castelló. 
El 12 de noviembre de1895 el Congreso de Colima lo declaró Benemérito del Estado de Colima sin más méritos que ser suegro del presidente Díaz.
Viene a cuento lo anterior, porque en Chilpancingo, a principios del siglo pasado hubo un primer mercado al que se le impuso el nombre de don Manuel, pero se quemó el 13 de enero de enero de 1924.
El testimonio es una fotografía que aquí publicamos y que quién sabe cómo hace mucho tiempo legó a nuestras manos y la compartimos con mucho gusto con los lectores.
Después de ese mercado, en el mismo lugar se construyó otro que se llamó “Nicolás Bravo”. 
Ya en la época de los años 80 del siglo XX, habría de cambiarse de lugar y de nombre, el que ahora se llama “Baltazar R. Leyva Mancilla” y al que ninguno de los comerciantes quería pasarse porque “quedaba muy lejos del centro de la ciudad de Chilpancingo”.
Después de que el nuevo mercado comenzó a funcionar hacia la parte norte de la población, la ciudad se convirtió en un caos porque en la actualidad prácticamente todo el centro de la ciudad es mercado. 
Cada quien coloca sus puestos de todo y donde quiere, hay algunos poderosos comerciantes que dominan espacios y son ellos quienes autorizan el establecimiento del comercio ambulante sin que la autoridad pueda hacer nada de nada.
Mientras tanto, el mercado Leyva Mancilla está muy mancillado, allá también hay dueños de sectores del mercado, cobran cuotas jugosas y disponen hasta de los pasillos en perjuicio de los propios comerciantes porque los clientes no pueden ni caminar por los andadores mugroso.

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