martes, 23 de agosto de 2016

COLUMNA

El fracaso de la guerrilla

Apolinar Castrejón Marino
El 31 de agosto, el ejército boliviano emboscó en el vado del yeso, en el Rio Grande, a la fuerza guerrillera que comandaba Ernesto Guevara conocido como “El Ché”. Allí murió la legendaria combatiente argentina Tamara Bunke, más conocida como “Tania”, con el fusil entre las manos, sin parque, pero sin pedir clemencia.
Otros 9 revolucionarios como Juan Vítalo Núñez, Apolinar Aquino Quisque y Walter Arencibia Ayala, quienes ocultaban su identidad bajo los sobrenombres de “Joaquín”, “Polo” y “Waly”. “Braulio” era Israel Reyes Sayas, y “Alejandro” era Gustavo Machín Hoed de Beche. 
“Médico” era Fredy Maimura Hurtado, fue herido y capturado vivo, para despees ser arteramente asesinado por los soldados. Era aquel tiempo en que cada quien era responsable de sus actos. Si alguien se metía de revoltoso, revolucionario o agitador, ya sabía a qué le tiraba.

El gobierno y el ejército siempre han sido enemigos muy peligrosos, viles y traicioneros, entonces los opositores y rebeldes, desde que se declaraban en guerra contra ellos, se despedían de su familia, de sus posesiones y de tierra. Tal es el caso de Haydee Tamara Bunke Bíder, investigadora universitaria y activista política patrocinada por los más elevados ma
ndos del servicio de inteligencia (STASI) de la República Democrática Alemana.
Cursó sus estudios en la Universidad de Humboldt, y viajó por África y algunos países de América Latina para estudiar su folclore. Se convirtió en experta e hizo muy buenas relaciones en estos países. En 1961 recibió una invitación del Ballet Nacional de Cuba para viajar a la isla en calidad de invitada especial.
Había conocido al “Ché” en 1960, cuando había viajado a Alemania al frente de la delegación comercial cubana que pretendía pactar un intercambio productivo. De inmediato se impresionó de la personalidad del líder guerrillero, y había recibido con alegría la noticia del triunfo de la revolución.
Ya en cuba, estudió periodismo en la Universidad de La Habana, al mismo tiempo que trabajaba en el Ministerio de Educación y posteriormente trabajó en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, y luego en la dirección nacional de la Federación de las Mujeres Cubanas. 
Bolivia estaba gobernada por una dictadura militar dirigida por el General René Barrientos, quien había derrocado al Presidente Víctor Paz, de tendencia nacionalista popular. “El Ché” había fracasado en su intento de guerrilla en El Congo, y creyó que sería buena idea hacer la guerra a René Barrientos. La población era mayoritariamente campesina, indígena, pobre y analfabeta. 
La Central Obrera Boliviana agrupaba a los obreros mineros, y era una organización muy poderosa, confiando en su fuerza dispuso una férrea oposición a Barrientos, pero solo consiguió que el régimen estrechara sus controles sobre la población. Así que ningún boliviano al parecer apoyó al “Ché”, y al contrario, encontraban productivo denunciarlos, porque el gobierno les daba dinero y comestibles.
Muchos expertos han mencionado que “El Ché” era muy mal estratega, y esto se puso el 3 de noviembre de 1966, cuando llegó a Bolivia en la zona sudeste, selvática y montañosa en las estribaciones de la cordillera de Los Andes, pensando que tendría ventaja sobre el ejército. Pero fue todo lo contrario, pronto se vio aislado y sin posibilidades de recibir  refuerzos y apoyos.
Dio el nombre de Ejército de Liberación Nacional de Bolivia a su grupo guerrillero, pero no tuvo ningún apoyo de Argentina, ni de Chile, ni de Perú, y fueron fácilmente exterminados por los “Rangers” norteamericanos. 

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