miércoles, 21 de septiembre de 2016

POLICRÓNICA

  Acabúsfiasco…Lejos de resolver la movilidad y bajar costos del transporte de Acapulco, se ha convertido en un verdadero “Acabúsfiasco”, es caro para el usuario, causa problemas viales, ha dejado muerte, heridos, resultó costoso echarlo andar tres años después y próximo—mañana--a cumplirse tres meses de operaciones han sido más perdidas que ganancias como empresa.



Nunca se concibió el proyecto de “Acabús” como verdadera empresa que viniera a contribuir a la solución del problema del transporte, más bien, siempre se creyó como un capricho de políticos, e inclusive se habló de hasta sociedad empresarial entre el entonces gobernador de Guerrero, Angel Heladio Aguirre Rivero y el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrad Casaubón, ambos del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Un año antes de concluir su gestión, fue prácticamente corrido de la gubernatura Aguirre Rivero, por el caso Iguala de la Independencia-Ayotzinapa, por lo tanto hay se quedó el proyecto de caprichos políticos, más que como empresa que generara ganancias, y beneficios a la población, sino que tenía que echarse andar para que la inversión millonaria no quedara tirada en el cesto de la basura, por ello cuando llegó a la silla gubernamental de Guerrero, Héctor Antonio Astudillo Flores por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) lo puso en marcha. Vino de retraso en retraso, se echó andar tres años después de lo establecido y cuando ya estaba para iniciar sus operaciones también tuvo un retraso, pues fue anunciado que sería a como diera lugar el 31 de mayo pasado, pero tuvo que empezar sus actividades en forma hasta el 22 de junio. Cuando ya estamos a punto de cumplir tres meses el día de mañana, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el sistema “Acabús” está muy lejos de las expectativas que se planteó: retrasos en las rutas, saturación de vehículos en recorrido, reducción del horario de servicio, falta de señalización, falta de tarjetas, prácticas añejas de choferes que se supone deberían ser retiradas, como subir y bajar pasaje en doble fila, fuera de las paradas oficiales; ausencia de paraderos en las rutas alimentadoras, y el alto costo del servicio, son algunas de las características del nuevo sistema de transporte. Definitivamente  “Acabús” no está operando como empresa, más bien como un juguete para el gobierno del estado, porque hasta este día no ha resuelto el verdadero problema del servicio de transporte, por el contrario se le está metiendo mucho dinero del erario público y que hasta el momento ningún actor político ha cuestionado su operación, se han convertido en cómplices. En lugar de beneficiar, inicialmente perjudicó a cientos de choferes que los obligaron a sacar sus unidades de circulación, con la ilusión de convertirlos en socios del “Acabús”, pero a decir verdad, hasta este día tampoco han recibido el reparto de utilidades como se ofreció. Hasta donde se sabe, la empresa “Acabús” está operando con números rojos, con gastos excesivos que no se reflejan en los ingresos y sin capacidad real para recuperar el costo del pasaje porque los expendios de tarjeta sólo existen en la ruta central que va del zócalo hasta el retorno en la Vacacional. Cuando alguien inicia el servicio en una ruta alimentadora, incluyendo las de la Garita, Rena-Farallón o El Coloso, pasa gratis si su tarjeta no tiene saldo pues en todas esas rutas no hay ninguna forma de recargar la tarjeta pues no hay máquinas expendedoras. Para subsanar esta deficiencia, la empresa ya anunció que habrá un sistema de crédito: si la tarjeta no pasa, el usuario podrá subir, pero en cuanto recargue le cobrarán ese viaje. Supuestamente el “Acabús” es el servicio de transporte rápido que ocupa el segundo lugar en más caro del país, solamente superado por Ecovía, de Monterrey, que cobra 12.50 pesos. La publicidad que desplegó el gobierno del estado, y el hartazgo de la población hacia los choferes de los camiones urbanos, que cobraban 7 pesos, hicieron que el proyecto fuera esperado, y que la tarifa de 10 pesos fuera aceptada. Pero en otros lugares, el servicio cuesta menos. Por ejemplo, el Mexibus, en el Estado de México, tiene un costo de 6 pesos; el Metrobús, en la Ciudad de México, cuesta 6 pesos; el Tuzobús, en el estado de Hidalgo, tiene un costo de 8 pesos. Según la publicidad oficial, el costo de 10 pesos abarca tres posibles destinos: uno desde una ruta alimentadora, que costará 7 pesos; otro, un transbordo por las vías centrales, que costaría 3 pesos si ya se tomó la ruta alimentadora; y otro más que consistiría una segunda ruta alimentadora que costaría cero pesos. Así, tres viajes costarían la misma cantidad de 10 pesos.  Pero hay que ser conscientes de lo que sucede realmente en Acapulco, la realidad es distinta: por ejemplo una persona que vive en La Progreso, tiene que tomar un “Acabús” para ir a su trabajo en el fraccionamiento Marroquín; lo hace a través de la línea central hasta Las Anclas y de ahí debe caminar a su destino; le cuesta 10 pesos. Si luego decide ir a hacer compras por el parque Papagayo, le cuesta otros 10 pesos y si esa persona lleva consigo cuatro familiares más estamos hablando de 50 pesos, sale más barato tomar un taxi, y lo lleva más rápido y sin mayores problemas. Esa persona anteriormente gastaba 7 pesos por cada pasaje, y si iban cuatro podía gastar 28 pesos para viajar un tramo corto, que eran menos de los 35 pesos que le cobra un taxi; ahora, un taxi cuesta menos, en un tramo corto, que los 50 pesos del “Acabús”. Entonces las personas que antes no usaban taxi, ahora ya es parte de su rutina, orillados precisamente por el costo del pasaje en el “Acabús”. Cuando se estén cumpliendo exactamente tres meses el día de mañana, podríamos afirmar que lo único bueno de este sistema es que cuenta con camiones nuevos con aire acondicionado. Habría que sostener que ese “moderno” transporte para el puerto de Acapulco no está diseñado para la comodidad de los usuarios. Si somos un poco de observadores y quienes ya han usado esas unidades, por necesidad o simplemente por curiosidad para sentirse parte de esa vivencia, y no le cuenten, pudo haber descubierto que en el techo del autobús, a la altura de donde se encuentra el conductor, en los camiones articulados traen una leyenda que dice textualmente: “Personas a bordo, 165; sentadas, 36; paradas, 129”. Es decir, los camiones fueron diseñados para llevar 4.5 veces más personas de pie que sentadas. Y eso es posible verlo en las horas pico, pero también se puede ver la otra cara, en horarios de medio día, a los grandes autobuses casi vacíos recorrer la ciudad. En cuanto a la frecuencia de ruta es otro problema, por la falta de personal que supervise esta frecuencia ha originado que, por ejemplo, en la estación Oviedo se junten tres o cuatro camiones articulados y estén esperando a llenarse para poder salir; o que los camiones de las rutas alimentadoras de Cumbres de Figueroa, Florida, Primero de Mayo y otras, anden circulando todo el día vacíos, porque cambiaron sus recorridos y la gente no se sube. Aunado a todo esto, se concluye que hay muy mala coordinación de los semáforos por un lado, y por otro, van uno junto al otro, pegaditos los camiones, cuando se supone debería ir uno cada minuto y meter más, porque hacen falta, va la gente parada, y a la vez darle más tiempo. Tardan tres detenidos y luego otros tres, y lo mejor sería que cada minuto pasara sólo uno. Otro problema generado también por la falta de control sobre la frecuencia de paso es el horario en que se presta el servicio. Toda la publicidad previa al inicio de operaciones, establecía que sería, de lunes a viernes, de las 5 de la mañana hasta las 12 de la noche; y los fines de semana, de 6 de la mañana a las 12 de la noche. Pero no es así: en general el servicio empieza a suspenderse a las 10:30 de la noche en las rutas principales, que son las que corren sobre Cuauhtémoc, pero en la avenida Costera, la ruta Cine Río-Base, suele suspenderla antes. En cuanto a las tarjetas también es otro problema. Excepto las estaciones que corren sobre la avenida Cuauhtémoc, en ninguna parte de la ciudad es posible conseguirlas, ni hay máquinas para poder abonarle crédito, por lo que quien se encuentra en la Costera o en una ruta troncal y no tiene crédito, no puede abordar el Acabús, pero tampoco hay ya otro servicio disponible. Lo ideal que las personas viajaran gratis, o darle facilidades de crédito, pero no existe esa voluntad, porque del total que se recauda, por lo menos el “Acabús” se queda con 16 por ciento. Otro problema observado, que los camiones son nuevos en la carrocería, pero por dentro se están dañando porque estuvieron varios años parados, mientras se concretaba el proyecto, ya que no se trata de unidades que cualquier gente las pueda comprar, sino se hacen para proyectos específicos. La empresa “Acabús” goza ahora de un plazo de gracia de seis meses en los que no estará pagando el crédito por esas unidades, sino solamente los intereses, por lo tanto surge la pregunta: “¿qué va a pasar cuando ya tenga que pagar los dos conceptos?” Mientras eso se aclara, hay que escribir que el servicio en sí mismo es deficiente: los camiones circulan a exceso de velocidad, rebasando, suben y bajan pasaje fuera de los paraderos oficiales; las rutas alimentadoras no tienen aire acondicionado –que es la principal oferta del “Acabús”--, y en algunos casos, las que sí tienen, lo apagan.  Desde el principio, y hasta la fecha se han registrado accidentes por andar manejando a exceso de velocidad, inclusive  cobró la primera víctima el 7 de julio en agravio de Alicia N quien fue atropellada en la ruta alimentadora de la colonia Zapata, a causa de  tener personal improvisado, y otro percance fue en contra de un conductor de motocicleta en la avenida Cuauhtémoc a la altura de Artículo 27, son algunos de los casos con registro. Habría que recordar que existió el ofrecimiento de que los operadores manejarían  a 20 kilómetros por hora,  pero quienes conocen de velocidad calculan que van a más de 60, 70 y 80 kilómetros por hora. Hay que señalar que no hay en el “Acabús” un sistema de información para el usuario. Algunos autobuses –una minoría- llevan una tira con las estaciones que cruzarán, pero es una información inexacta. Por ejemplo, en el Cine Río-Base, la tira comienza en Oviedo y termina ¡en el Retorno! (Esta ruta ni siquiera se acerca a la Vacacional, donde está el Retorno). En estos casi tres meses, se puede señalar que los responsables que elaboraron el proyecto no saben que hicieron, aunado a los directivos, entre ellos la responsable Silvia Zapata (directora del Acabús, nombrada por el ex gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero) tampoco saben, los que están adentro tampoco saben, porque no les interesa pagar el diésel, no les interesa pagar la nómina de los empleados, no les interesa pagar a los socios que les quitaron su patrimonio y los tienen de empleados con un sueldo raquítico para tenerlos callados. A la ciudadanía le vinieron a arrebatar lo poco que tienen para poderse trasladar en un servicio caro, un servicio que no tiene frecuencia de paso, no tiene nada que beneficie a todos. No es un invento, ahí está operando  el “Acabúsfiasco”. Hasta hoy tampoco el alcalde porteño el perredista Evodio Velázquez Aguirre ha dicho nada sobre ese pésimo y caro transportes, que afecta los bolsillos de sus gobernados. En tanto el gobernador priista, Héctor Antonio Astudillo Flores, de lo único que está convencido, es que el “Acabús” tenía que ponerse en marcha, sólo porque era más costoso no hacerlo y lo dijo una y otra vez, por ello ofreció terminar el proyecto porque, dijo, sería injusto no hacerlo con todo lo que ya se había invertido en él. De alguna manera tenía razón, pero también es cierto, que cuando se está a punto de cumplir tres meses, no hay resultados benéficos para los acapulqueños y eso nos parece una decisión e inversión equivocada y cumplir únicamente un capricho de políticos e irresponsables, porque se gastaron miles de millones de pesos en ese proyecto que más que beneficios, ha traído perjuicios para los habitantes de Acapulco....Libro...El día de mañana jueves será presentado el libro: “La Comida Guerrerense” de la autoría de Leonel Maciel, con textos de Isaís Alanís. El evento será en el Lobby del auditorio estatal “Sentimientos de la Nación” a partir de las dos de la tarde. Comentan la obra, José Iturriaga de la Fuente, Isaís Alanís, Leonel Maciel y Mauricio Leyva. Habrá degustación de mezcal y platillos regionales.

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