miércoles, 19 de octubre de 2016

ARTICULO



Primer Año de Héctor Astudillo

 
Juan López
Hace un año que Guerrero cambió gobernante. Hubo expectación debido a que se llegaba al final del túnel. Tenían otro año de haber desaparecido los normalistas de Ayotzinapa. El golpe de la “maña”: cruento, despiadado, aritmético sigue supurando sufrimiento social y está enraizando con mayor profundidad en la memoria histórica de nuestro sufriente Estado. Seguimos de luto.

El trajinar de Héctor Antonio Astudillo Flores compite con los afanes más dignos de un gobernador que conlleva además del compromiso con su sexenio, el liderazgo de un político que tiene en su agenda diaria el olfato político del cumplimiento del deber. No es nada sencilla tal tarea. Sobre el asfalto de la jungla urbana rondan los depredadores y los lobos de la estepa hincan el diente en los desheredados. Rara es la ocasión que la saña se ensaña con personeros de la prosapia y la alcurnia: Todas las veces quienes pagan los platos quebrados son gente de ínfima condición y comunes denominadores de la raza.
Pero hablemos del ritmo, ese suave equilibrio que oscila entre las palabras y los hechos. No cualquier político tiene a su disposición y alcance la estimación de hacer y hacer el bien y no sólo simular que se trabaja cuando, como Ángel Heladio Aguirre Rivero lo que se ofrece a la opinión pública son peroratas de la peor orfandad.
Héctor Antonio Astudillo Flores es bisagra de un antes y un después. Primero fue la voluptuosidad de aquel gobernante-mandarín-taumaturgo-ebrio, acostumbrado a brindar con amargo mezcal cuando los estudiantes eran asesinados. Luego la transición con otro de su misma o peor laya: universitario fallido, bonachón, mandilón quien en solamente  trece meses sustrajo, robó?, como los tiburones hambrientos, todo el banco de peces que había en la tesorería estatal.
Pero volvamos al tema del primer año de gobierno de Astudillo. Es notoria la sustentabilidad del régimen y palpable la gobernabilidad en Guerrero. Desde que fue gobernador Caritino Maldonado Pérez no teníamos un Jefe de Estado que trabajara los domingos como un día más de la semana. No hay ninguna fecha de descanso para esta administración. Lo cual explica que hayan sido recorridos y llevado apoyos y productos asistenciales, herramientas para el desarrollo e inversiones públicas y privadas, a los ochenta y un municipios que integran la Entidad. No existe en Guerrero una sola región en el abandono y ningún ayuntamiento olvidado, a la mano de Dios.
Despenalizar el cultivo de la amapola, -Guerrero que es punta de flecha en esta modalidad-, transformando su producción en utilidad medicinal, es un proyecto valiente de un político que mira el futuro y no sólo ve su momento. Modificar los usos ilegales y desmantelar la prohibición que ha causado tanto dolor a México, es también una aspiración inteligente que ha propuesto el actual Gobernador.
El paso siguiente es fortalecer las instituciones, principalmente las que están encargadas de la seguridad pública. Hace poco se están construyendo nuevas instalaciones de hoteles y condominios en el puerto de Acapulco: avanzar, construir, equilibrar y modernizar, es la estrategia en la que está empeñado Héctor Antonio Astudillo Flores.
PD: “Es mejor hacer que decir”: José Martí.

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