jueves, 6 de octubre de 2016

COLUMNA

El Grillito Sin Censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez

Suena lógico. -.¿Cuál es la velocidad con la que se mueven las llamadas “fuerzas de seguridad” para combatir la delincuencia? -.En tela de juicio el quehacer de las corporaciones policiacas.


 Suena lógico: el asesinato de los dos normalistas de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, corrió a cargo de la delincuencia común, no de un comando armado, no fue ejecución –como lo trataran algunos medios –tampoco fue un crimen de Estado; es más, los criminales, luego de perpetrar el múltiple homicidio, al tratar de hacerse de un vehículo para escapar, lesionaron –también a balazos –a varios automovilistas que no se detuvieron, pese al amago de ser asesinados y cuando huyeron corriendo hasta llegar a la Col. Ampliación Revolución, situada al suroriente de Chilpancingo, dieron muerte a un trabajador del transporte urbano, lesionaron a la dueña de una estética y a otra persona más, hasta lograr despojar a un civil de su auto en el que se dieron a la fuga
“con rumbo desconocido”; sí, todo eso suena lógico y hasta mucha gente creerá la versión dada a conocer por la Fiscalía General del Estado; sin embargo, reflexionando: ¿qué tiempo transcurrió después del primer hecho?, ¿cuál es la velocidad con la que se mueven las llamadas “fuerzas de seguridad” para combatir la delincuencia?, ¿cuánto tiempo tardaron en recibir el aviso de lo ocurrido?; aquí llama la atención la premura que tienen esas “fuerzas de seguridad”, que se encuentran acantonadas en la pista del aeropuerto de Chilpancingo, para perseguir las movilizaciones magisteriales, para llevar consigo sus gases lacrimógenos, para hacer sobrevolar un helicóptero sobre las manifestaciones, intimidando a sus participantes; ¡¡¡Curioso!!!. ¿o no?, pero cuando se trata de hechos violentos, como los que llenaron de luto a varios hogares el martes pasado, nadie, ningún elemento policiaco trata de vestirse de gloria para atrapar a los delincuentes; claro está, estos tienen armas de fuego, pero los maestros, los estudiantes, los padres de familia inconformes con las decisiones gubernamentales, estos no y son presa fácil de los antimotines que, cubiertos hasta la coronilla, arremeten a toletazos en contra de la gente de su mismo pueblo; pudiera ser que los crímenes ocurridos aquella trágica tarde no sean propiciadas por el Estado, pero sí dejan en tela de juicio el quehacer de las corporaciones policiacas; ¿por qué no, al primer aviso, hacen volar sus trones o sus helicópteros para tratar de dar con los culpables?, ¿cómo es que se les escapan, prácticamente de las manos, huyendo con toda la impunidad del mundo?; nosotros siempre hemos tenido esa duda, o será que, como lo dijeran los padres de familia de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014, “no hay ninguna garantía de seguridad para los movimientos sociales, entre ellos Ayotzinapa, por eso nos queda claro que es el estado el responsable de este ataque contra los estudiantes”; en fin, como siempre, muchas dudas quedan en torno a esa serie de homicidios, sólo esperamos que esta vez, los investigadores se pongan las pilas y logren dar con los verdaderos culpables par que paguen con cárcel los delitos que cometieron; veremos qué pasa, si no, al tiempo y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: elahuizotejr@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.