viernes, 18 de noviembre de 2016

ARTICULO

 El paso de los años
hacia la modernidad

César González Guerrero
Si bien es cierto que el tiempo no perdona nada, también es cierto que el correr de los años nos enseña a valorar todo aquello que nuestros antepasados hicieron hasta llegar a la época de la modernidad y de las tecnologías. Es decir, lo que se disfruta ahora es resultado de la creatividad de nuestros abuelos y padres. A ellos debemos todo lo que hoy disfrutamos y es justo recordar algunos temas que ojalá aún se tengan en la memoria de nuestros contemporáneos, y que sea la herencia que jamás se debe olvidar.

Para empezar, los históricos “trompos” que nos enseñaron a fabricar y desde luego jugar, con las clásicas maderas del “palo” de Guayabo, que se deberían “dormir” o “resumbar”, para demostrar que en verdad estaban bien elaborados, ahora ya no existen. En segundo lugar el famoso juego de “canicas”, cuyas cantidades se acumulaban en “latas” y “botellas” (aunque separadas también iban las “mundas”), producto de los triunfos en los juegos callejeros que se terminaban hasta muy noche, bajo el alumbrado del único poste de luz cercano al domicilio, sin faltar las medidas populares que se utilizaban para determinar el triunfo de algún jugador como el “geme”, la “cuarta” y el clásico “mique”, pasando por el “dibujo” en pleno piso de tierra, de los espacios a utilizar hasta establecer, previa discusión, las reglas del juego, ahora este juego se está perdiendo; también debemos recordar las “ruedas” preparadas con hojas de “lata” de cualquier tamaño, adheridas con clavos en una rama de “palapa” o bien de cualquier madera; eso y otros “juegos” mas eran de creatividad y visión, así como parte del inicio del sistema de las competencias, actualmente de moda en la educación, de igual manera lentamente se han ido extinguiendo.
Qué decir de la peligrosa “chicopeta”, arma e instrumento que se convertía no tan solo en juego sino también en algo que por no saber manejar, dejo accidentalmente varios heridos de por vida. Por cierto el fruto del árbol del Copal servía como la “bala” denominado como “chicopetazo”. Que lastima que hasta el árbol se ha estado extinguiendo, sin que haya autoridad alguna que lo promueva de manera decidida y formal.
Qué decir del “resorte” (o charpe) modernamente denominado “resortera”, arma  e instrumento de trabajo de los jóvenes y adultos campesinos que, regularmente llevaban colgado del “pescuezo” con su “morrala” llena de piedras de rio para “iguanear” y, en otros casos, para pasar el tiempo practicando sus “tiros” por los polvorientos caminos, para cualquier otra actividad recreativa o de cacería. Varias ocasiones se utilizaban en los “pleitos” nocturnos de barrio contra barrio, por ejemplo los legendarios “Lomeños” contra los “huiconeños” o viceversa de Copala en los años 1950-1960-1970. Actualmente solo se pueden adquirir en las tiendas, todo modernizado. Se acabo la creatividad.
También que decir del juego de los “cocoles” (con sus famosas y artísticas “tendidas”), que también fueron parte de las habilidades y destrezas de los pequeños de la época, que buscaban siempre elaborar y ser el mejor, con coloridos  “chillantes “y “rezumbadoras” adornadas por los llamados “cachos” que le daban una estética y una visión de lujo. Ahora son cosa del pasado y de la historia porque solamente en algunos pueblos se da esta experiencia que no debería desaparecer. Desde luego, en esa época aun no se utilizaba el moderno resistol para pegar el “papel de china”, y fueron el “engrudo” y el “sasanil” los  mejores pegamentos, este último producto del maravilloso árbol del mismo nombre, cuya hoja “untada” con “vaporu” (ahora se dice Vaporub) se utilizaba como medicina para extirpar los “nacidos” o “granos” que habitualmente afectaban a los pequeños.
Podríamos continuar con una interminable lista de Juegos populares pero el espacio es insuficiente. Lo que se trata con el presente artículo es decirles a los jóvenes que estos y otros tradicionales juegos no se deben olvidar, los padres de familia de todos los estratos sociales debemos retomarlos para una mejor convivencia humana y principalmente para hacer de nuestros pequeños jóvenes talentos, con creatividad, habilidad y destreza.
Pero el principal objetivo es decir a las autoridades educativas, municipales, estatales y nacionales, que se deben promover e instrumentar programas de rescate a nuestra educación popular y tradicional para combinar el conocimiento científico y popular con base al respeto a nuestra tradición y cultura milenaria. Esperamos.

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