viernes, 11 de noviembre de 2016

COLUMNA

 Comiendo sapos

Apolinar Castrejón Marino
Seguramente han de saber muy mal los sapos, para haberlos tomado como modelo para ilustrar el mal momento que alguien pasa, cuando se tiene que arrepentir públicamente de algo que haya dicho irreflexivamente.
Quizá habría que preguntarles a tooodos los “artistas”, comunicadores y políticos que se sumaron a la campaña contra el candidato a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Republicano, Señor Donald Trump, porque deben estar tragando sapos a la vista de los resultados de la elección del país vecino.

Cabe destacar que el cantante Vicente Fernández, el dizque comediante Ernesto Derbéz y la “actriz” Salma Hayec, presuntamente son mexicanos, y entonces, indebidamente se entrometieron en una elección de un país ajeno.
También se sumaron a “la cargada” contra Donald Trump muchos conductores de programas de noticias por radio y televisión, y reporteros, y columnistas, entre los que destacan esos “comunicadores” elitistas y chayoteros como la señora Denise Dresser, de quien se puede decir con todas sus letras que es tendenciosa.
Siempre empieza sus comentarios por Twitter, con la frase “Pase de lista de los 43 desaparecidos”. Sería necesario que alguien le diga que en el Estado de Guerrero, ese tema ya se agotó por el fastidio de la gente, que se cansó de expresar su conmiseración por una causa mal planteada.
Esa misma señora se indignó porque un internauta le dijo que era muy mala periodista. Su respuesta no podía ser más reveladora, de su egotismo y clasismo: “Yo no soy periodista, soy politóloga”. Y he ahí que como politóloga enderezó duras críticas al Donald Trump, al mismo tiempo que colmaba de halagos a la candidata “demócrata” y ex primera dama de los Estados Unidos.
Raymundo Riva Palacio, conductor de un programa de noticias por la televisión, tuvo comentarios más o menos centrados y equilibrados, respecto a la campaña presidencial, no así sus colaboradores, que dejaban ver su anti nacionalismo.
La guapa y pizpireta Elsa “jaiba” Rentería, denotaba su ansia de irse a vivir a los Estados Unidos, y el reportero Pablo de Leo, quien fue enviado como corresponsal para que informara puntual y verazmente de los pormenores de la lucha política, más bien se dedicó a vitorear los sucesos del partido demócrata. A las 7 de la noche, cuando ya la tendencia era en favor del candidato republicano, De Leo era aún todo sonrisas, y palabras de encomio hacia los seguidores de Hillary.
Casi a la misma hora, el disque político Diego Fernández de Ceballos, militante del Partido Acción Nacional, en entrevista con “Pepe” Cárdenas, vaticinaba con su voz de abuelito desnutrido, la derrota del “loco, homofóbico y racista, que se atreve a  soñar con un cargo para el que no tiene ninguna preparación”.
Con tono de suficiencia, decía que los tiempos en que México era respetuoso de la vida de los otros países, había quedado atrás. Y agregaba que era muy bueno que los mexicanos, se hubieran involucrado en la elección para decidir los resultados. Se le olvidó a este señor que el aforismo de Don Benito Juárez sigue vigente “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno, es la paz”. Y ahora, los metiches tendrán que pagar las consecuencias.
A las 10 de la noche de ese día 8 de noviembre, la victoria fue declarada en favor del candidato republicano, y entre los primeros en tragarse sus palabras, estuvo el aún presidente norteamericano Barak Obama, quien llamó por teléfono a Trump para felicitarlo por su triunfo. El jefe de campaña de Hillary, haciendo de tripas corazón” salió a tratar de tranquilizar a los seguidores de su partido a que se fueran a su casa, porque ya no había nada que hacer. Poco tiempo después, y muy a regañadientes, la señora Hillary también tuvo que felicitar a su contendiente. 
Pero hasta este momento, “el charro de Huentitán”, que hasta en 3 ocasiones salió de su “retiro” para expresar “apoyo” a Hillary Clinton y su repudio a Donald Trump. Hasta le “compuso” un corrido, que le cantó de su ronco pecho, y fue a visitarla a un acto de campaña, donde la saludó, y expresó su apoyo ¿Qué dirá don Chente?
Todas esas manadas de mexicanos con corazón gringo, hicieron la “graciosa huida”, porque para el miércoles 9, nadie hizo declaraciones. Unos cuantos mexigringos pusieron algunas palabras en Twitter, pero sin la bravuconería de días anteriores. 

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