viernes, 6 de enero de 2017

ARTICULO

 Día de reyes, tradición
popular en todo México


César González Guerrero
Feliz Día de Reyes a todos los Niños y Niñas de Guerrero.
Tal vez los niños y niñas de los años 30’s, 40’s, 50’s, también experimentaron la celebración del Día de Reyes (también llamado Santos Reyes) en circunstancias más difíciles que las nuestras; por  lo que a mí respecta, hace más de 50 años que año con año, he visto y experimentado esta celebración que considero se presenta a nivel mundial, en todos los pueblos de diferentes tamaño, ciudades y comunidades de la zona urbana y rural. Es una cuestión cuyo origen es más de carácter religioso pero paradójicamente, tiene mucho que ver con lo económico y con lo material y, en consecuencia con el desarrollo científico y tecnológico, por la cantidad y el tipo de juegos y juguetes que se producen y consumen.

Sin duda, el 6 de enero es una de las fechas de gran transcendencia económica, cuya derrama beneficia a la industria y empresas transnacionales de los países más poderosos. Desde luego, en países subdesarrollados como México, son más los consumidores que los productores.
Recuerdo como cada día 6 de enero, para los pequeños de la época de los 60s en mi tierra Copala, regularmente pasaba desapercibido. En un hogar campesino la mayoría  carecía de la idea de que existían los Reyes Magos, mucho menos que podían traer regalos a quienes “se portaban bien”. Tuvieron que pasar más de 10 años de infancia para empezar a observar cómo, en alguna casa del vecino “los Reyes” colocaban “debajo” de la “cabecera” (ahora se dice almohada), alguna bolsita de papel de estraza que contenían algunas galletitas llamadas “jarochas “y  una que otra golosina como paletas de  dulce, chiclets (decían “chicle”), globos (llamadas “vejigas”), etc. Desde luego, se recomendaba a los pequeños “…dormirse temprano…” porque solamente así llegarían los “Reyes”. Antes los Reyes no acostumbraban “dejar” sus regalos en el “Arbolito”, tampoco se utilizaban las “cartas para los Reyes” mucho menos se “partía la Rosca de Reyes”. Esos eran otros tiempos.
Algunas niñas también recibían ese tipo de regalos, aunque los “regalos” con mayor demanda siempre fueron las muñecas en sus diferentes presentaciones y costos (que caminaban, hablaban y se dormían), las de “trapo”, los juegos de cocina o llamados “trastes”. Muchas veces, algunas niñas y niños se tuvieron que conformar solo con ver “de largo” como los beneficiados (muy “fachosos”)  presumían sus juguetes en los patios de sus casas, calles y patios de las escuelas.
Quizá años más tarde los “Reyes”, al ver que los pequeños ya crecían, les traían alguna pelota, carritos, caballitos de palo, de plástico con sus apaches o personajes armados,  o en su mayoría las históricas y bien apreciadas pistolitas de “agua” o de “santa perica”. No faltaron los muñecos armados con cascos y rifles y pistolas, como tampoco faltaron las canicas, los trompos, baleros, etc. Al paso de los años, dependiendo de la capacidad económica de la familia, y pensando en que “…ya no creían en los Santos Reyes…” los pequeños recibían algunos sus triciclos, bicicletas y juguetes de mayor costo y tamaño.
No es casual que en aquella época la industria del juguete aun no lograba las altas ventas que actualmente se presentan, obviamente en los años 50s y 60s la ciencia y la tecnología también estaban iniciando. Todavía los pequeños se conformaban con pequeños detalles, con juguetes de madera, de hoja de lata, plástico y hasta de cartón. Hoy, en la época de la globalización, los Regalos de Reyes en todas sus presentaciones, son muy sofisticados, muy tecnificados y sobretodo muy bien pagados.
Como sea, vivir la noche del Día de Reyes sobretodo en una comunidad rural es un momento muy especial, en el cual la inocencia de los niños y  niñas los hace ser muy felices, en medio de la situación de pobreza que pudiese existir.
El hecho de despertar muy temprano y buscar desesperadamente “debajo de la cabecera” de la cama, su Santo Reyes, fue siempre y creo sigue siendo la más grande ilusión de todos los niños, pero más de los hijos de campesinos. Eso no se olvida jamás. Al menos a nosotros no. Felicidades.

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