martes, 7 de febrero de 2017

ARTICULO

 El verdadero MAL
de Chilpancingo

Wendy Alanis
En días pasados los capitalinos nos topamos de frente con la pestilente problemática de la basura que se ha agudizado desde que asumió la presidencia, Marco Antonio Leyva Mena, de extracción priista, quien además en el nombre lleva la penitencia; “MAL”.

Y justamente eso ha significado para Chilpancingo el también llamado “Chambitas”, solo un mal pero por fortuna en esta ocasión, innecesario pues como bien reza la frase que inmortalizó un hombre que sufrió el secuestro y la muerte de su hijo, “Si no pueden, renuncien”.
Y aunque este tormentoso problema no llegó con Marco Antonio Leyva, la realidad es que sí continua de la mano con él y se ha visto encumbrado con el amotinamiento de los llamados carretones recolectores de basura en el zócalo de la ciudad, expandiendo por todos los céntricos rincones su nauseabundo perfume pero por si esto fuera poco, también podemos observar en cada una de las esquinas de esta pequeña capital bolsas y cerros de basura siendo cercenada por moscas transmisoras de peligrosas enfermedades y perros callejeros muertos de hambre que han hecho de este sucio puntapié en la espinilla de el chambitas, un verdadero festín.
Ahora Chilpancingo, es solo un montón de basura que nadie quiere recoger pues hasta el propio gobernador del estado; Héctor Antonio Astudillo Flores (PRI) ha declarado a todas voces y sin preocupación que se deslinda del apestoso problema de la basura que nos aqueja, y aquí es donde nos viene otro sustancioso broncón pues el “MAL” no puede resolverlo y Héctor Astudillo, principal cabeza del estado, se lava las manos, entonces; ¿ Quién podrá ayudarnos?.
Quizá esto solo sea la punta del iceberg y nos deba servir de reflexión para exigir ante el H. Congreso del Estado libre y soberano de Guerrero la renuncia de Marco Antonio Leyva Mena quien en pocas palabras solo ha venido a “calentar la butaca” como hacen los secundarianos en muchas ocasiones, quizá el mismo también debiera aplicar la filosofía de los alcohólicos anónimos y derrotarse ante su ineptitud, ineficacia y falta de amor por esta ciudad que lo vio nacer, crecer y luego le dio su voto, honestamente yo no quisiera estar en los zapatos de la señora madre de el “MAL” pues no imagino las cientos de veces que en un año ha de celebrar el diez de mayo.
Con esto queda demostrado que por mucho, Marco Antonio Leyva Mena ha sido, es y será el peor presidente municipal que Chilpancingo; nuestra bella capital, ha tenido que mantener y soportar pues ni siquiera ha sido capaz de darle a la ciudadanía una buena obra que la beneficie, antes al contrario, despilfarro varios millones de pesos en la remodelación de la avenida Miguel Alemán, una de las principales arterias de esta ciudad, innecesaria por cierto, teniendo además que soportar su pose de cacique malenfundado.
Quizá debiéramos pensarlo mejor y exigir la renuncia de Marco Antonio Leyva Mena; el verdadero “MAL” de Chilpancingo.

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