martes, 21 de marzo de 2017

NOTA

Dedica Evodio Velázquez monumento
a masacre en La Garita de la Muerte


Miguel Angel  Mata Mata.ACAPULCO, GRO.--Ni la burla perdonan. La voracidad del ayuntamiento de Acapulco y los particulares con los que hace negocio no respeta ni el dolor de los acapulqueños y ni el intento por olvidar la tragedia que dio inicio al periodo de violencia que no termina y deja hogares enlutados y las calles bañadas en sangre. La falta de respeto al dolor es la cereza del pastel: han colocado una estructura metálica llena de pozos parecidos a balazos, en La Garita, frente a la iglesia, donde en el 2006 hubo una balacera y posteriormente aparecieron cabezas cercenadas. Fue el inicio de la época del terror que parece no tener fin.
Según los intelectuales adictos a la nómina y a la lista de raya manejada por la Dirección de Comunicación Social del Ayuntamiento de Acapulco, cuyo monto es de decenas de millones al mes,
la mañana del lunes, por iniciativa del Gobierno Municipal, presidido por Evodio Velázquez Aguirre, se está instalando en la glorieta de La Garita, la escultura Paz, de Jorge Gómez Romero y Jorge Gómez Galeana.
— “¿Paz es el nombre de ese monumento en el lugar donde comenzó el periodo del terror?”, han preguntado vecinos asombrados con una estructura metálica larga y triangular, con agujeros de todos tamaños que parecen rememorar que en ese lugar comenzó nuestra triste historia diaria en Acapulco: asesinatos por todos lados y una administración municipal frívola que dilapida pero no cuida a sus ciudadanos.
— “Nomás faltó que pusieran las cabezas cercenadas”, agregan los vecinos.
Un 27 de enero del año 2006, policías municipales se enfrentaron a integrantes de un convoy que entraban al puerto de Acapulco. Luego se supo que los uniformados se enfrentaron a miembros supuestamente del cártel del Chapo Guzmán. Se supo que desparecieron bolsas conteniendo millones de dólares. Algunos jefes policiacos municipales desaparacieron y en los barandales de lo que hoy son las oficinas de la administarción fiscal aparecieron varias cabezas cercenadas.
Entonces el presidente municipal era el perredista Félix Salgado Macedonio, a quien se culpó de dar la orden de enfrentar al convoy. Éste singular y cobarde personaje, que hoy pretende revivir políticamente al lado del Movimiento de Regeneración Nacional, fue quien dio inicio a la era del terror. Luego del suceso el alcalde vivió una época de pánico. A grado tal llegó su miedo que pedía a su gabinete y colaboradores cercanos que fuesen a dormir a su casa y le cuidasen por las noches. Patético el asunto. Hoy Don Salgado es asesor del actual presidente municipal perredista de Acapulco.
La versión oficial difundida por la Dirección de Comunicación Social de la PGR, en aquel lejano 2006, fue la siguiente:
Según la PGR, el enfrentamiento ocurrió porque los policías municipales le marcaron el alto a una camioneta Liberty sospechosa. Supuestamente, los ocupantes del vehículo abrieron fuego contra los policías, quienes se vieron obligados a responder la agresión.
Minutos antes de las nueve de la noche de ese día, el delegado de la PGR en Guerrero, José Martín Godoy Castro, ofreció una conferencia conjunta con el entonces gobernador, Zeferino Torreblanca Galindo; el procurador de justicia del estado, Eduardo Murueta Urrutia, y el secretario de Seguridad Pública local, Heriberto Salinas Altés, hoy asesor en materia de seguridad del alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre.
En la conferencia identificaron a tres de los sicarios muertos como Israel Alejandro Hernández López, Humberto El Kalín Cortés Álvarez y Agustín Vázquez.
En el tiroteo murieron cuatro pistoleros del Cártel de Sinaloa al servicio de Joaquín Guzmán Loera, alias ‘El Chapo’, quien en ese entonces mantenía una alianza estratégica con otro narcotraficante sinaloense: Arturo Beltrán Leyva, quien caería muerto durante un cruento enfrentamiento con marinos en Cuernavaca, Morelos, en diciembre de 2009.
Según el portal de noticias ‘Dossier Político’, lo ocurrido en La Garita hace 10 años no fue un enfrentamiento, sino de una ejecución perpetrada por los agentes de la Secretaría de Protección y Vialidad del gobierno municipal de Acapulco, que entonces era encabezado por Félix Salgado Macedonio.
Este hecho habría sido documentado en cuatro videos, en los que se escucha una orden: “¡Mátenlo!”. Aunque las autoridades insistieron en que había sido un enfrentamiento.
En uno de esos videos se ve el momento en que un policía con casco blanco, de espalda a la cámara, le dispara en dos ocasiones a la cabeza a un delincuente herido que está tendido sobre el asfalto. El policía que perpetró esta ejecución extrajudicial fue Mario Núñez Magaña, comandante del Grupo Especial Relámpago.
Semanas después, la madrugada del 20 de abril, la cabeza de Núñez y la de un oficial tamaulipeco aparecieron a unos cuantos metros del sitio de la ejecución. Junto a las cabezas decapitadas, se encontró una cartulina que decía: “Para que aprendan a respetar”. Estas serían también las primeras decapitaciones, transformadas en macabros mensajes, por parte de los grupos criminales, que cada vez son más crueles e incluso ahora descuartizan los cuerpos de sus adversarios.
El cuerpo del comandante fue envuelto en plásticos. Cuando los médicos forenses lo examinaron, se encontraron con una lista de 23 nombres de policías y civiles y una amenaza directa contra ellos: “Estos son los que siguen”. La sentencia estaba dictada. El grupo criminal de Sinaloa ajustaría cuentas con los policías.
En los cuatro videos de la balacera en La Garita, que suman casi 24 minutos de grabación y otras 66 tomas congeladas, quedó documentado que los sicarios muertos ni siquiera alcanzaron a empuñar sus armas cuando fueron acribillados por los policías municipales.
Los videos mostraron que los policías preventivos alteraron la escena de los hechos, movieron los cuerpos de los muertos para poder comprobar ante las autoridades judiciales que ahí había habido un enfrentamiento y no ejecuciones extrajudiciales.
Además cometieron actos de rapiña. Se ve el momento en que algunos policías hurgan en los cuerpos buscando cadenas que pudieran traer colgadas al cuello.
En las imágenes se observa que los preventivos no hicieron nada por impedir que el cuerpo de uno de los delincuentes se carbonizara con las llamas de una camioneta que estalló cuando le dispararon al tanque de gasolina. El fuego del cadáver lo apagó un bombero con la felpa de su gabardina amarilla.
“La Garita de la muerte”, así le dice la gente.
ACAPULCO, LA CIUDAD MAS VIOLENTA
Hace diez años Acapulco entró el Top Ten de las ciudades mas violentas del mundo. Entonces se le ubicó como la cuarta ciudad más violenta del orbe. En el primer lugar se encontraban  Caracas, Venezuela, seguida de San Pedro Sula en Honduras y  San Salvador, El Salvador, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Entonces Acapulco se encontraba con una tasa de homicidios dolosos es de 104.73 por cada 100,000 habitantes, revelaron datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Hoy es distinto. Acapulco es la ciudad mas violenta seguida por San Pedro Sula, Honduras.
CORRIDO DE LA BALACERA DE LA GARITA. (Sinstesisdeguerrero.com.mx).

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