lunes, 6 de marzo de 2017

POLICRONICA

   Perdidos…A nivel federal, estatal y local, las autoridades están perdidas, no encuentran  una solución al agudo y desenfrenado problema de la violencia, solo para ilustrar, Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, amaneció con cerca de 6 muertos en diversos puntos de la ciudad.
 


El Gobierno de México  y Guerrero, están perdidos, no han encontrado una solución al problema de violencia y criminalidad que se registra las 24 horas. Toco comenzó con el entonces gobierno federal que encabezó por segundo sexenio el Partido Acción Nacional, primero con Vicente Fox Quesada del 2000-2006 y de éste año al 2012, con Felipe Calderón Hinojosa, tiempo en que se disparó el número de asesinatos, pero más  en los últimos seis del panismo. Pero los diversos diagnósticos, incluso oficiales, indican que tanto la estrategia militar y de “combate frontal” lanzada por el panista Felipe Calderón Hinojosa, como la “preventiva” o “de un México en paz” propuesta por Enrique Peña Nieto  del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han fracasado en su misión de combatir el delito. En el caso de Guerrero, el “Orden y Paz” propuesta por el actual gobernador priista, Héctor Antonio Astudillo Flores, ha fracasado, pese a que pidió un año de gracia, pero ha incumplido su promesa. El pasado 10 de febrero, la Dirección General de Investigación Estratégica del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, difundió un estudio que concluye que, lejos de disminuir la violencia, fueron los operativos de Calderón Hinojosa los que la aumentaron. “La información oficial disponible muestra que no existió una crisis de seguridad, ni una ‘ola de violencia’ (salvo en el estado de Michoacán), que justificara el despliegue simultáneo de operativos con las Fuerzas Armadas, de carácter permanente, en diversos estados del país entre 2006 y 2007”, dice el estudio titulado “Seguridad Interior: Elementos para el debate”. “Los datos oficiales revelan que la implementación de estos operativos, lejos de disminuir la violencia existente (que se encontraba en mínimos históricos), la incrementó de forma drástica. De tal manera que, la evidencia empírica disponible nos advierte de la necesidad de imponer controles estrictos, así como amplias medidas de supervisión y evaluación públicas, sobre este tipo de operativos. Cinco días después, el más reciente informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) incluyó diversas revisiones a la política de “prevención del delito” del actual Gobierno federal para advertir que ni la planeación ni las estrategias de disuasión de la delincuencia ni el trabajo de inteligencia anunciados por Peña Nieto han tenido un impacto. La División de Gendarmería, por ejemplo, que fue la cara de la “transformación institucional” que hizo Peña Nieto en el área de seguridad, en 2015 consumió más de dos mil 800 millones de pesos y presentó “cero avances” en su misión de inhibir la delincuencia. “Se demostró que el número de delitos registrados en las entidades federativas disminuyó o aumentó invariablemente con o sin la participación de la gendarmería”, dice la revisión 18-GB, elaborada por la ASF para medir las acciones de la Gendarmería en contra de la incidencia delictiva. “Aunado a que no contó con el Calendario Anual de Operaciones ni el análisis criminológico y sociodemográfico que le permitiera priorizar su actuación, ni diseñó los mecanismos para cuantificar sus avances en lo referente a la transformación institucional y el fortalecimiento de su presencia en las zonas en que operó”. La Policía Federal, cuyo traslado de la Secretaría de Seguridad Pública a la Secretaría de Gobernación fue parte de la misma “transformación institucional” del priista, realiza cada vez menos intervenciones y trabajo de inteligencia cuya efectividad preventiva, además, según la ASF, está también en duda. En opinión de la ASF, la prevención policial del delito a cargo de la PF por medio de la generación de información y productos de inteligencia, así como mediante la implementación de operativos para la prevención y persecución de los delitos, presentó deficiencias para combatir la comisión de los delitos de manera efectiva, ya que en ese periodo tanto la generación de información como los operativos disminuyeron, y no se acreditó contar con directrices para enfocar sus esfuerzos a atender y auxiliar los mandamientos ministeriales y judiciales, pero también para adelantarse a la comisión de los delitos mediante la disuasión, prevención e investigación previa a su ejecución, a fin de contribuir a reducir la incidencia delictiva y a mejorar las condiciones de seguridad pública. De acuerdo con Carlos Galindo López, investigador del Instituto Belisario Domínguez y coautor del estudio “Seguridad Interior: Elementos para el Debate”, uno de los principales problemas es que las administraciones federales han carecido de evidencia o elementos para afirmar que sus políticas ante el crimen funcionan. En Guerrero, no hay un estudio científico, pero las opiniones de los diversos sectores empresariales y organismos no Gubernamentales, han coincidido que el eslogan de campaña del actual gobernador del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Héctor Antonio Astudillo Flores ha fracasado, porque se han incrementado los índices de violencia. Efectivamente no hay un estudio científico sobre la violencia que se vive en la entidad suriana, pero si hay cifras del Sistema Nacional de Seguridad federal, de que se está en los primeros lugares de homicidios dolosos y otros ilícitos. El gabinete que encabeza Astudillo Flores ha sido calificado de fallido y uno de los sectores que se supone llevan el pulso de lo que ocurre en la entidad, son los periodistas, en menos de 17 meses del presente gobierno estatal, han sido asesinado a dos comunicadores de Taxco de Alarcón  el 25 de abril del año pasado y el pasado jueves por la noche a Cecilio Pineda Birto, en Ciudad Altamirano, así como empresarios reconocidos. En fin el “Orden y Paz” no llega a Guerrero, cuando se están cumpliendo casi 17 meses, en la que Astudillo Flores oficialmente tomó las riendas de la gubernatura. La delincuencia superar al gobierno del estado de Guerrero, como se ha visto también a nivel federal, entonces son pocas las esperanzas de los ciudadanos de que alcance de que algún día esa pérdida tranquilidad y seguridad para hacer sus diversas actividades. Oficialmente el secretario de Seguridad Pública del estado de Guerrero, Pedro Almazán Cervantes, reconoce que hay de 10 a 15 grupos que se disputan el control.“Los demás son grupos de delincuentes comunes que aprovechan la actuación de los carteles. Aprovechan los pocos efectivos que hay en el estado”. Cualquier número de bandas delincuencias que exista, lo cierto que este señor  Almazán Cervantes, lejos de beneficiar a la seguridad y a los guerrerenses, le ha hecho mucho daño, porque ya está anquilosado, viene desde el gobierno del perredista Angel Heladio Aguirre Rivero, luego con el sustituto-interino, Salvador Rogelio Ortega Martínez, y ahora con el priista, Héctor Antonio Astudillo Flores, si le hacemos cuentas lleva en el cargo  casi seis años dirigiendo la Seguridad Pública en Guerrero. Tanto poder que tiene Almazán Cervantes que es inamovible, en tanto la delincuencia sigue creciendo. Para ilustrar, sólo hoy lunes para comenzar la semana, antes del mediodía sumaban alrededor de 6 muertos en las diversas colonias de Chilpancingo. Esa es una prueba fehaciente de que no hay una estrategia de seguridad para combatir el hampa desenfrenada. ¿Cuándo parará la delincuencia?, la respuesta, “Nunca”, porque  está protegida desde el poder y por ende nadie puede hacer nada para frenarla, por lo tanto seguiremos viviendo en medio de los ríos de sangre que se dan las 24 horas de los 365 días del año…Enroques…Cuando se están cumpliendo 88 años de la fundación del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la dirigencia nacional realizó un par de enroques importantes. El sábado 4 estuvo de plácemes el priismo nacional, pero unas horas antes, se registró un enrique, pues la prima del presidente Enrique Peña Nieto, la diputada federal Carolina Monroy del Mazo, presentó su renuncia con carácter de irrevocable a la secretaría general del partido, y en su lugar quedó la sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari, la excanciller  guerrerense, Claudia Ruiz Salinas, pero parece que se avergüenza del segundo apellido, por ello se identifica como Ruiz Massieu, como se apellidaba su padre José Francisco, ex gobernador de Guerrero. También tomó posesión como secretario de la Confederación de Organizaciones Populares (CNOP) el senador Arturo Zamora, en lugar de la senadora Cristina Díaz, dejando a un lado al exgobernador de Oaxaca José Murat Casab. El presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, hizo un reconocimiento público a la labor realizada por Carolina Monroy del Mazo, quien se desempeñó en el cargo durante un año y medio, cuando estuvo en la presidencia del PRI Manlio Fabio Beltrones. Dentro del PRI, Monroy del Mazo tuvo severas diferencias con Ochoa Reza, quien la relegó de las reuniones donde se definieron los candidatos a gobernador del Estado de México, Coahuila y Nayarit. La prima del presidente Peña Nieto también fue desplazada de sus aspiraciones a ser la candidata al gobierno del Estado de México, donde fue presidenta municipal de Metepec, secretaria ejecutiva del DIF de esa misma entidad, secretaria de Desarrollo Económico del gobierno estatal y actualmente diputada federal por la LXIII Legislatura. Inicialmente Ruiz Salinas, había sido nombrada como Secretaria de Organización, pero de última hora se le aplicó el artículo 164, párrafo cuarto de los Estatutos, que señalan que ante la ausencia definitiva de la titular de la Secretaría General será aplicable la prelación. Ruiz  Salinas dejó recientemente la Secretaría de Relaciones Exteriores, desplazada por Luis Videgaray, quien a su vez dejó la Secretaría de Hacienda por los fracasos en el manejo de la economía del país. La guerrerense ya está ocupando el cargo, que un día lo ocupó su padre el finado José Francisco Ruiz Massieu, quien aportó “Idea y Hechos” para el PRI, y fue el, quien sentenció aquella  frase lapidaria “Cambiamos o nos cambian”. Desde esa plataforma, la política guerrerense podrá hacer labor de proselitismo para alcanzar su sueño por segunda ocasión candidata a senadora de la república, luego de que en su primer intento hace cinco años. Ahora con todo el apoyo de la infraestructura del PRI, podría alcanzarlo, pero desofortunadamente en Guerrero, se tiene como dirigente al neófito de Heriberto Huicochea Vázquez, quien definitivamente está echado para perder comicios concurrentes del 2018. Por lo tanto no debe fincar esperanzas en este remedo de político de Huicochea Vázquez, porque no tiene ese nivel, ha sido un empedernido burócrata, estar atrás y dentro de los cajones de los escritorios. Carece de capacidad política, habla porque tiene lengua, pero la verdad que dista mucho su discurso de político, es más técnico, pragmático. Por lo tanto, no es garantía para que el PRI en Guerrero, logre ventajas importantes y mantenerse en la primera fuerza, porque es un verdadero incapaz e improvisado. Habría que recordar que cuando se presentó en las asambleas regionales para que lo ratificaran como todo un ignorante de la política, había anunciado que se iba a reunir con todos los dirigentes de partidos disque para coordinarse y trabajar, olvidándose de que cada dirigente de instituto tiene sus propios intereses. Por lo tanto era imposible pensar en ese tipo de encuentros para llegar acuerdos y como después se dio cuenta que no era funcionarios municipal, estatal y federal, entonces comenzó a echar pleitos de papel, el primero que recibió una andanada de cuestionamientos al dirigente del Partido de la Revolución Democrática, en Guerrero, cuando éste también le contestó de sus desatinos. Ahora desde luego que Huichocea Vázquez debe pensar diferente de que es dirigente, no es funcionario, que está obligado a recibir a todas las expresiones políticos por asuntos burocráticos, ahora está obligado a actuar con dirigente de un instituto político.

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