martes, 9 de mayo de 2017

ARTÍCULO

Maestros de México
Apolinar Castrejón Marino
Casi siempre tomamos como referencia a Grecia, como la cuna de la civilización occidental. Y entonces, se llamaba pedagogo, al esclavo que llevaba a los niños y jóvenes a recibir clases. Como aun no había escuelas, se educaba en el gimnasio.
La educación entre los griegos se concretaba al  Trivium, el cual consistía de las siguientes materias: Gramática, Lógica, y Retórica.
La palabra “educación” procede del latín “educatio”, que significa preparar y entrenar, la mente y el cuerpo de las nuevas generaciones. Esa palabra también estuvo relacionada con el cultivo, y por extensión, con la agricultura. Desde los griegos, y toda la edad media la educación significaba cultivar la mente de los niños y jóvenes.
Entonces, adoptaron la figura de San Isidro Labrador como santo patrono de la profesión, y cada 15 de mayo, se auto celebraban el “Día del Maestro”. Con el contubernio de las “juntas de padres de familia” la fiesta fue haciéndose más intensa cada año.
En la actualidad los mal llamados “maestros” cuentan con alcahuetes del más alto nivel, como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, y los gobiernos de los estados, quienes les patrocinan bacanales, y aquelarres.
Pero México es una nación joven, con
poco más de 200 años como país independiente, así que la educación ha avanzado a saltos. La política educativa del gobierno fue de discriminación hacia los indios, porque según ellos ¿Para qué la necesitaban?
Los gobiernos liberales posteriores a la revolución extendieron la educación a las grandes masas de los mexicanos, solo para encontrarse con obstáculos de orden económico. Los niños significaban una ayuda para sus padres en las labores el campo. O estudiaban o trabajaban.
A pesar de ello, hubo grandes avances, con la llamada “Escuela Rural Mexicana”, con la extraordinaria labor de los Maestros Moisés Sáenz, Rafael Ramírez y Narciso Bassols.
El Maestro Sáenz consideraba que la educación debía sentar las bases que facilitaran la integración social y cultural de los mexicanos. Por su parte, el Maestro Rafael Ramírez, creía prioritaria la necesidad de proporcionarle al campesino una educación técnica, con el fin de mejorar sus actividades económicas, lo que conduciría a elevar su nivel de vida.
Y el maestro Bassols, se encargó de establecer la metodología creada por John Dewey llamada escuela de la acción, la cual consideraba al niño, como principal actor de su educación. El 3 de octubre de 1921 se creó la Secretaría de Educación Pública, teniendo al frente a José Vasconcelos, quien se dedicó a impulsar las misiones culturales y las bibliotecas. Encontrándose con el mismo problema: los mexicanos querían leer, pero antes querían comer.
En 1833, Valentín Gómez Farías, del grupo liberal, fue presidente interino de México, y se dispuso a desarrollar su proyecto educativo, concentrado en resolver tres graves problemas: primero, someter al clero y evitar su injerencia en los asuntos de gobierno; segundo, disolver el ejército conservador y sustituirlo por una Guardia Nacional, y tercero, implantar una reforma educativa.
Lázaro Cárdenas se encargó de establecer una educación socialista, basada en el artículo tercero constitucional, que decía: “la educación se dedicará a combatir la ignorancia, el prejuicio y la superstición”.
En fechas recientes, por medio de la televisión, vimos a un grupo de “trabajadores de la educación” en sus recientes protestas en la ciudad de México, que portaban una manta en la cual se leía “Los pedagogos, no somos delincuentes”. Causa curiosidad porque ni ellos saben cómo llamarse.
No les gusta ser considerados “profesores”, porque sienten que es un título que les queda chico. Sus títulos dicen que son “Licenciados en educación”, lo cual es muy ambiguo, y no impresiona a nadie. La gente los llamó MAESTROS durante mucho tiempo, y además les prodigó admiración y respeto, sobre todo a los profesores rurales.
Pero los docentes fueron pervirtiendo su rol social, y la gente empezó a llamarlos despectivamente “maistros”, a semejanza de los albañiles. Y últimamente se refieren con desprecio a los “maestros cimarrones”, que dan clases en escuelas oficiales por obra y gracia de la corrupción, pero nunca asistieron a la escuela normal, y por lo tanto, no están calificados para enseñar.
Y hoy en día se refieren a los “maestros chanquiques”, que son los que estudiaron ya viejos, o en “escuelas patito” privadas, o solo tomaron algunos cursos de “carrera magisterial”, o “estudiaron por internet”. Estos son en la práctica los peores, porque son unos ignorantes, que no rebuznan porque no se saben a tonada.


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