martes, 23 de mayo de 2017

POLICRÓNICA

C-4…Un año pasó sin pena ni gloria el control de los Centros de Control, Comando, Cómputo y Comunicaciones (C-4) en Guerrero, por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, supuestamente era una estrategia de seguridad más eficaz.
El 9 de mayo del 2016 alrededor de 414 elementos del Ejército mexicano, muy de mañana desplazaron al personal civil del mando de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C-4) de Acapulco, Chilpancingo e Iguala de la Independencia, inicialmente se habló de seis meses, pero se prolongó  hasta el 15 de mayo del 2017, es decir un año y seis días más los coordinó el Ejército mexicano. Oficialmente ninguna autoridad federal, castrense y estatal, han informado de que se cumplió un año de la vigencia del convenio que autorizó la Secretaría de la Defensa Nacional hacerse cargo de los Centros de Control, Comando, Cómputo y Comunicaciones (C-4), ante lo cual regresaron a estar bajo el control de la Secretaría de Seguridad Pública del estado que preside el general en retiro, Pedro Almazán Cervantes, quien públicamente reconoció que esa área estratégica estaba infiltrada por la delincuencia y que por eso era necesario desplazar a los civiles, muchos de estos serían capacitados y posteriormente retornaría, eso tampoco se sabe si así ocurrirá. La medida fue tomada de manera repentina, eso generó la inconformidad de los empleados porque los sustituyeron sin notificarles con anticipación. Por la denuncia de los trabajadores de la sede de Chilpancingo es como se conoció que el Ejército mexicano ya se había responsabilizado de este centro de operaciones, ya que estaban operando por el Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública. Para justificar la acción, el gobierno de Guerrero, mediante comunicado dio a conocer “Entre las funciones que asumieron los militares como responsables del C-4 es coordinar los números de emergencia 066, 089 y el monitoreo de cámaras de seguridad, instrumentos aparentemente en beneficio de los ciudadanos. El C-4 es un sistema que administra las herramientas tecnológicas para el apoyo y coordinación de las corporaciones de seguridad de todos los niveles de Gobierno”. Debido a la inconformidad de los trabajadores que los quitaron a las 8:00 de la mañana del 9 de mayo del 2016, había la amenaza de que se registraran protestas, pero finalmente quedó en solo una amenaza, en tanto el gobierno del estado en su boletín oficial, reiteraba: “Con base a los acuerdos sostenidos entre el Gobierno del Estado de Guerrero y el Gobierno Federal, el día de hoy personal del Ejército Mexicano tomó el control de los C4 ubicados en Acapulco, Chilpancingo e Iguala, mismos que venían siendo operados, es un párrafo del comunicado”. Siendo sinceros, en un año de estar el C-4 en manos de los militares, no hubo ni cambios, ni resultados a favor de la seguridad de los ciudadanos en las tres ciudades en donde opera este sistema. En el caso de Chilpancingo, nunca hubo alguna acción que abatiera el alto índice de inseguridad, como la extorsión, levantones, secuestros y asesinatos. Hubo muchos caso de alto impacto y nunca se conocieron acciones policiacas y militares que haya dado un golpe certero a la delincuencia organizada, por el contrario se incrementó su presencia y sus fechorías de manera impune. ¿El material de las videograbaciones de un año?, ¿En que sirvió el manejo del C-4 de civiles a militares?, ¿Cuánto gastó el gobierno federal y estatal mantener los 414 militares para estar manejando el sistema de videoseguridad?, ¿Los ciudadanos están más seguros?, ¿Se le tiene que agradecerle a la Secretaría de  la Defensa Nacional por su aportación? No buscamos descalificar la labor de los militares, mucho menos la medida adoptada, pero en un año del manejo del C-4 en las tres ciudades, lamentablemente se incrementó la inseguridad pública, por ello Guerrero, en este último cuatrimestre sigue ocupando el primer lugar, ya que de enero abril suman 739 asesinatos en Guerrero, 7 por ciento más que en el 2016, confirmado por  el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación federal. Parece que fue más efectiva la labor que hicieron los civiles, que los militares, pues nosotros tenemos en nuestros registros que cuando se utilizó el C-4 para una emergencia, nunca llegaron los elementos de las instituciones de auxilio. Sucedieron muchos hechos violentos de alto impacto, y nunca se atraparon a los responsables, ni siquiera acertaron un “chiripazo”. En el caso de Chilpancingo, día y noche se escucharon—siguen--balaceras, persecuciones entre grupos delincuenciales, y nunca se supo de que con el apoyo de las videocámaras se había logrado detener a los facinerosos. Por ello, sostenemos que el manejo de los C-4 por los militares pasó sin pena ni gloria durante 12 meses, que fue una verdadera pérdida en todos los sentidos. Antes de ellos, estaba a cargo personal civil, y había mejor respuesta cuando los ciudadanos hacían reportes de emergencia en el C-4. Ahora con el número 911, tampoco se tienen resultados favorables, por el contrario, hay muchas quejas de que no contestan los operadores para trasladar a la dependencia indicada para que intervención en alguna emergencia. La misión del ejército mexicano en los tres C-4 de Guerrero, ya cumplieron su año de servicio, pero reiteramos no hubo nada extraordinario, pese a que  el artículo 129 de la Constitución Política de México, establecer “se autoriza considerar que las fuerzas armadas pueden actuar en auxilio de las autoridades civiles, cuando éstas soliciten el apoyo de la fuerza con la que disponen”. Pero en la vida real, no se cumple y cuando llegan al lugar de los hechos sangrientos, los militares solo se concretan a tomar notas, fotos, videos y acordonar la escena del crimen y lo mismo hacen las policías estatales y ministeriales. Nunca hemos visto, ni sabido de que vayan atrás de los delincuentes y los atrapen, aunque sea para simular. Esa es la realidad, el paso de los militares por los tres C-4 de Acapulco, Chilpancingo e Iguala de la Independencia, durante 12 meses en el estado de Guerrero. No contribuyeron en nada, por el contrario, en este último año, Guerrero, siguió ocupando los primeros lugares en homicidios dolosos a nivel nacional. Entonces de nada sirvió esa confianza que se les dio a los de verde olivo para que apoyaran efectivamente a la sociedad civil en esta crisis se seguridad que se está viviendo hasta el momento, y que se ha agudizado a tal grado que la violencia está desenfrenada. Ni pena ni gloria, insistimos, ese fue el resultado en 12 meses en que los militares mantuvieron el control del C-4 en tres ciudades de Guerrero.…Descuartizado…La cabecera municipal de Tlapa de Comonfort, puerta de la región de la montaña de Guerrero, comenzó a vivir el rigor de la barbarie con la “marca de la casa” de lo que hace la delincuencia mal llamada organizada. Los habitantes de Tlapa de Comonfort y toda la región de la montaña, nunca habían experimentado la barbarie, ni en los peores momentos en que estuvo operando Adrián Rivera García, (a) “El primo Rivera”, jefe de una célula de la organización criminal de Arturo Beltrán Leyva (a) “El Barbas”, quien fuera detenido el 6 de enero del 2009 junto con   sus cómplices Israel Arriaga Ibarra y Benito Morales Díaz por los elementos de la 35 Zona Militar con sede en Chilpancingo. Cuando operaba  “El Primo Rivera” en la región, había asesinatos, pero nunca se llegó al extremo como el primer caso vivido el pasado 19 de mayo del 2017, el viernes por la tarde cuando fue encontrado el cuerpo sin vida de Johnny Vázquez Sierra de 33 años en una bolsa negra y con el rostro desollado. El 18 por la noche había desaparecido y el viernes 19 por la tarde fue localizado sobre la carretera rural a Ahuatepec Pueblo. El occiso era hermano del ex  presidente municipal por el Partido Revolucionario Institucional, pero había renunciado su afiliación, Rufino Vázquez Sierra, para convertirse en coordinador de giras del gobernador ex priista, y después del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Ángel Heladio Aguirre Rivero. La noticia consternó a todos los sectores de la sociedad de Tlapa de Comonfort al conocerse que uno de los 10 hermanos que conforman la numerosa familia Vázquez Sierra había sido encontrado fatalmente desollado y con huellas de tortura. El viernes y todo el fin de semana se comentó y se vivió la consternación de los habitantes de Tlapa de Comonfort por el condenable crimen en contra Johnny Vázquez Sierra, de 33 años, quien fuera encontrado en una bolsa de nylon negra en la carretera que conduce a Cualac, cerca de Ahuatepec Pueblo, como a unos 40 minutos en vehículo de la cabecera de Tlapa de Comonfort. Los primeros que llegaron al lugar del hallazgo, fueron sus hermanos y recogieron el cuerpo, antes de que llegaran las autoridades ministeriales e investigadoras para iniciar las primeras diligencias de ley. Johnny Vázquez Sierra fue candidato a la presidencia municipal por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en el proceso electoral de 2015, y además se dedicaba al comercio de pollos. Rufino Vázquez Sierra fue coordinador de giras en el gobierno del perredista Ángel Heladio Aguirre Rivero y continuó en la administración del priista Héctor Antonio Astudillo Flores donde fue removido meses después para ser asesor de la oficina del gobernador en Palacio de Gobierno. Fue alcalde de Tlapa de Comonfort en el periodo de 2002 a 2005.  Los hermanos Vázquez Sierra son conocidos como dueños de pollerías, uno de ellos era precisamente el ahora occiso, otros con flotillas de pipas para vender agua, carnicerías, cremerías y tortillerías. El rigor de la delincuencia organizada se “estrenó” lamentablemente con esta víctima y de ahora en adelante seguramente habrán de repetirse esas condenables escenas, mientras no haya castigo para los responsables. Los habitantes de Tlapa de Comonfort y toda la región de la montaña, no merece ese tipo de hechos sangrientos, tomando en cuenta que es la zona más pobre y marginada del país. Sin embargo también obliga a los gobiernos de las tres esferas a buscar una estrategia de seguridad, comenzando por Tlapa de Comonfort, en donde desgobierna el Partido Revolucionario Institucional, teniendo a la cabeza a Jesús  Noé Abundiz García, quien de entrada gana más de 200 mil pesos al mes, más que el propio gobernador de Guerrero y el presidente de la república. El actual alcalde tlapaneco, es un corrupto de marca, además desatiende su responsabilidad, porque anda en plena campaña a diputado local del Distrito XXVII y como no llegó al cargo por la elección constitucional, sino como sustituto por  la muerte de Javier  Morales Prieto, quien luchó por el cargo, que finalmente, no se le hizo realidad, por ello ignora a todo mundo, ni a su propio cabildo, mismo que lo cuestiona por la falta de transparencia. Los ciudadanos lo acusan de rata de dos patas, precisamente porque no está respondiendo a las expectativas, pero se debe a que llegó a la presidencia municipal sin ningún compromiso de nada, ni de nadie. La inseguridad se incrementó más al momento de arribar al cargo del priista Abudiz García, quien ha permitido que la delincuencia actúe con toda impunidad. El caso más sonado de los últimos cuatro días, es precisamente el aberrante crimen del cual también nos sumamos a la condena generalizada, pues las personas no deben terminar sus días como este joven empresario en pollos, y nunca se sabrá quien o quienes cometieron este aberrante hecho sangriento. Mientras se tenga a un borracho de presidente municipal, los Tlapanecos vivirán con el Jesús en la boca, porque hay un mal gobierno municipal. Esa es  la triste realidad. El escenario es complicado, primero, hay que tomar en cuenta el posición adinerada de la familia Vázquez Sierra, quien tiene una presencia importante comercialmente hablando en Tlapa de Comonfort y toda la región.  También tomar en cuenta que Rufino, tiene formación militar, por lo que no se descarta integre un comando de ajusticiamiento contra los que cometieron ese condenable asesinato. Como dicen bien en Tlapa de Comonfort, aquí todo se sabe, por lo que a estas horas, podría suceder que la familia Vázquez Sierra tomara la justicia por propia mano, pues son nueve hermanos que seguramente tampoco han tenido información de las autoridades investigadoras lo que realmente sucedió y porque ese asesinato con muchas saña. Habrá solo dos cosas, la familia Vázquez Sierra exige justicia a  las instituciones o las manda al diablo, como lo dijera un prócer de la política, porque no creemos que estén conformes de como levantaron en pedazos a uno de sus consanguíneos, habría que considerar que tienen poder económico y político. Entonces el escenario después de esto, será muy negro, porque le pegaron a una familia acaudalada. En breve conoceremos resultados  sanguinarios, tristemente para la montaña....Saludo...Después de casi 10 años, la mañana de hoy por casualidad, nos encontramos y saludamos a nuestra amiga y compañera periodista, Guadalupe Acuña Mastache, excelente conductora, con una voz encantadora. El saludo fue en los pasillos del Poder Legislativo hoy martes por la mañana, cosa que nos dio mucho gusto. Hoy en día es conductora de un programa de dos horas los días sábados en Radio Fórmula, en Acapulco. Lo triste, es que la vimos muy desmejorada físicamente, pero con muchos ánimos de continuar en el trajinar del trabajo periodístico. Nos comentan que le dio una embolia, y hoy reciente esas secuelas, pero se impone, cosa que la reconocemos. Ahora es acompañada por su señora madre, quien la auxilia para hacer sus movimientos administrativos en la capital del estado, pero viven en Acapulco. Bien por Lupia, felicidades, ánimo y adelante....Periódico...La tarde de hoy será presentado el periódico-cartel, “Así Somos...”, aborda el  tema Juan García Jiménez, y estará a cargo los comentarios por el escritor Juan Sánchez Andraca y José Rodríguez Salgado.  Tendrá su participación, en poesía “Gorgonio” de Juan García Jiménez, interpretado por Netzahualcóyotl Ruano Nava. También el Himno al Colegio del Estado por exalumnos  del maestro Juan García  Jiménez. El evento es hoy martes 23 de mayo a las 18:00 horas, en el vestíbulo del Auditorio “Sentimientos de la Nación”. La entrada es gratis. Todos están invitados.

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